Llamazares acusa al Gobierno del fracaso de la reforma laboral

Madrid, 10 jun (EFE).- El diputado de Izquierda Unida (IU), Gaspar Llamazares, mostró hoy su decepción por el fracaso de la reforma laboral, que atribuyó "al poder político" que "no quiere una salida justa de la crisis".

Durante su intervención en el pleno del Congreso con motivo del real decreto-ley relativo al mecanismo europeo de estabilización financiero de los Estados miembros de la zona euro, Llamazares se refirió así a la última reunión que se habían fijado el Gobierno, la patronal CEOE y los sindicatos CCOO y UGT para pactar la reforma laboral, y que terminó sin acuerdo esta madrugada.

Llamazares señaló que las expectativas para un acuerdo sobre la reforma del mercado laboral, para el que nunca había habido tanta presión exterior del FMI y de la UE, se han visto frustradas por la codicia de los que se han visto beneficiados por el crecimiento y ahora quieren salir de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores.

En el mismo debate, el representante de ERC, Joan Ridau, lamentó el fracaso de la negociación de la reforma laboral, sobre todo porque ahora "no sólo va a llegar tarde", sino que va a llegar "mal y lastrada por el desencuentro entre Gobierno y agentes sociales".

Ahora, al Gobierno le toca gobernar y decidir, pero ésta no puede ser la reforma "lentejas, la tomas o la dejas" el Gobierno deberá sumar apoyos, pero no puede ser "el trágala de los recortes sociales".

"Somos conscientes de que en dos días quizá habrá que hacer lo que no se ha hecho en dos años", dijo, pero la reforma laboral es importante y hay que enviar un mensaje de confianza en que somos capaces de abordar esta asignatura pendiente, "aunque repercuta mucho menos en la solución de la crisis de lo que algunos dicen".

Estamos dispuestos a hablar, y el Gobierno lo sabe, precisó, pero debe quedar claro que la reforma debe ser un acicate para un futuro más estable y más solvente de nuestra economía.

Por último, el portavoz económico del PP, Cristóbal Montoro, indicó que el Ejecutivo no tiene voluntad política real para llevar adelante la modernización de las reformas estructurales que se necesitan.