El nuevo primer ministro húngaro, Victor Orban, ha anunciado las directrices con las que pretende reconducir la economía del país tras advertir el pasado viernes de que la situación era grave. Entre otras medidas, destaca la imposición de una tasa de carácter temporal a los bancos, la reducción del impuesto de sociedades o la supresión de directivos estatales.
Para empezar, el número de miembros en las direcciones de las empresas estatales bajará de 319 a 60, con un salario máximo de 7.000 euros en el caso de salarios.
Además, se impondrá una tasa de carácter temporal a los bancos y aseguradoras que entrará en vigor este año. Cone sta medida, el Ejecutivo húngaro pretende recaudar 200.000 millones de florines al año (701 millones de euros).
"Nos gustaría iniciar las conversaciones con los bancos sobre este impuesto y cómo la carga será compartida entre los bancos, las aseguradoras y las compañías de 'leasing'", explicó.
Sociedades y renta
Orban también anunció que se reducirá el impuesto de sociedades hasta el 10% para aquellas empresas cuyos beneficios sean inferiores a 500 millones de florines (1,8 millones de euros). El mandatario destacó "la importancia de fomentar las pequeñas y medianas empresas" (pymes) y de "simplificar la burocracia", al tiempo que anunció la eliminación de diez pequeños impuestos, como la tasa sobre herencias en el seno de las familias.
Otra de las reformas anunciadas es la introducción en un plazo de dos años de un tramo único del 16% en el impuesto sobre la renta.
"Debemos conseguir simultáneamente mantener la situación financiera bajo control y avanzar hacia los objetivos establecidos por los votantes", afirmó Orban ante el Parlamento, donde señaló que nadie confía en Hungría con el sistema fiscal actual. "Una economía que crece no puede estar basada en un sistema en el que 2,5 millones de contribuyentes pagan por 10 millones de personas", añadió.