
La entidad financiera estadounidense considera que el plan de reducción del déficit de España es "creíble" y que sus perpectivas fiscales son "buenas". Sin embargo, advierte al Gobierno de que debe acelerar algunas de las reformas pendientes para aplacar el nerviosismo de los inversores y el contagio de la crisis de Grecia. El FMI pide a España la "rápida" aplicación de medidas para reducir el déficit.
Goldman Sachs valora que el Ejecutivo haya puesto en marcha subidas impositivas impopulares, como la supresión de los 400 euros o la subida del IVA, lo que pone de manifiesto su voluntad de resolver los desequilibrios fiscales. También subraya que los planes para recortar el déficit al 3% en 2013 incluyen señales que pueden ayudar a los mercados a evaluar si está alcanzando la consolidación, como el objetivo de recorte de los gastos del 4,5% marcado para el periodo 2011-2013.
La firma agrega que el bajo nivel de deuda de España, en el 53,2% del PIB en 2009, garantiza que el ajuste será gradual, lo que aminora el riesgo de sumir de nuevo a la economía en recesión vía endurecimiento fiscal.
Además, apunta a la credibilidad del Gobierno a la hora de suministrar datos fiscales. "El país está bien equipado para capear el viento en contra" y limitar el deterioro fiscal, considera Goldman Sachs, que descarta la hipótesis de que el sector exportador no sea competitivo. Como contrapunto, indica que la competitividad exportadora se vería impulsada por una mayor flexibilidad salarial.
Acelerar las reformas
Sin embargo, Goldman advierte de que "el Gobierno haría bien en acelerar algunas reformas pendientes para calmar las preocupaciones de los inversores, que miran con nerviosismo a España".
La firma de inversión estima además que existen riesgos en cuanto al escenario que maneja el Ejecutivo, como la dificultad de que se cumplan las previsiones de crecimiento de la economía y la debilidad en algunos segmentos del sector financiero por su elevada exposición al sector inmobiliario y de la construcción.
Así, señala la posibilidad de que la economía se estanque en años venideros ante la imposibilidad de depreciar la moneda o el coste potencial para las arcas públicas de un eventual rescate a algunos segmentos del sector financiero.
Sin embargo, considera que la estrategia del Gobierno ante los retos del sector financiero "es apropiada", porque permite a las entidades más sanas hacerse con las más débiles, así como sacar el máximo provecho de sus activos a medida que la economía se recupere.
Altamente endeudado
En este sentido, ha valorado positivamente el pacto alcanzado entre Gobierno y oposición sobre la reestructuración del sistema financiero, porque está fuertemente endeudado y cuenta con préstamos al ladrillo por 445.000 millones de euros, lo que significa el 45% del PIB. "Los bancos pueden no ser capaces de recuperar una parte importante de esos préstamos", advierte.
Las pérdidas latentes tendrán que ser reconocidas en algún momento, lo que podría suponer el colapso de algunas instituciones y forzar al gobierno a recapitalizarlas, con el consiguiente efecto sobre la deuda pública.
Goldman Sachs afirma que tanto Santander como BBVA se encuentran en una forma "excelente" por sus elevados niveles de capitalización y diversificación geográfica, lo que convierte a los dos mayores bancos españoles en "no tan españoles".
Por otro lado, indica que "no todas las cajas de ahorros son iguales", algo que "el Banco de España reconoce en sus informes", y apunta que los bancos que se encuentren en situación saneada pueden ser compradores deseosos de depósitos y redes comerciales de algunas cajas selectas que atraviesen dificultades.
En cualquier caso, Goldman Sachs ve poco probable que ante el peor escenario posible fueran necesarios los 100.000 millones de euros a los que puede acceder el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) "para recapitalizar las cajas".