Economía

Empleados habrían dejado trabajo si hubieran conocido síntomas

Alicante, 26 may (EFECOM).- Trabajadores de la extinta empresa Fibrocementos de Levante coincidieron hoy en afirmar, en el juicio por el llamado "caso amianto", que, si hubieran sabido que padecían los primeros síntomas de la asbestosis, no habrían continuado en sus puestos de trabajo.

En sus declaraciones, subrayaron las dificultades que existían para obtener copia de los resultados de los reconocimientos médicos, y pusieron de manifiesto el "vacío" de decisión empresarial a la hora de si debían continuar o no con el trabajo y el hecho de que la información era aportada en algunas ocasiones como insinuación.

Uno de los afectados, todos ellos empleados de la empresa con sede en San Vicente del Raspeig (Alicante), afirmó en su declaración que uno de los dos facultativos acusados le dio la baja laboral en 1992, un año después de un reconocimiento en el que se le detectaron placas pleurales.

Explicó que fue él quien tuvo que "comentarle" al médico la citada patología, después de que el resultado del reconocimiento lo realizara una empresa barcelonesa responsable del análisis.

"El médico de Barcelona me recomendó un TAC y dijo que si quería seguir, podía, y que si quería irme, me fuera", explicó Enrique Marcos, que trabajó en la factoría durante 31 años.

Igualmente, añadió que, si hubiera conocido entre 1986 y 1991 que se le habían detectado placas y engrosamiento pleural, no habría seguido trabajando en la fábrica y que, al marcharse, reclamó sin éxito sus expedientes médicos.

En líneas generales, el fiscal aprecia ocho delitos de homicidio y veintinueve de lesiones por imprudencia grave y uno contra los derechos de los trabajadores en la actuación de dos jefes de personal y dos médicos, a los que pide tres años de cárcel y cuatro años y seis meses de inhabilitación.

Para la acusación pública, las omisiones de los inculpados "han contribuido a agravar las lesiones o anticipar el fallecimiento" de los operarios que, supuestamente, no fueron informados sobre los riesgos de trabajar con amianto.

Por su parte, Carlos Luna, quien durante 28 años desempeñó labores técnicas en la empresa, entre ellas inspecciones en la fábrica, afirmó que optó por "bajar" a la zona productiva para "lo imprescindible", después de que el médico le informara de su estado de salud entre octubre y noviembre de 1997.

"Yo les dije que me quedaba para dar formación al que viniese -a desempeñar su puesto-, pero el médico me decía que me fuera, que la iba a liar", agregó Luna, quien informó de que el facultativo acusado le dio la baja laboral en febrero de 1998.

"De haber sabido antes que tenía engrosamiento pleural, hubiera pedido la baja", dijo este trabajador.

Otro empleado, Pedro Lucas, afirmó que continuó trabajando un años más por voluntad propia, después de que el facultativo le "insinuara" que podría estar enfermo.

No obstante, a preguntas del fiscal, precisó que en ese momento no le comunicaron que su alteración patológica ya presentaba dos años de evolución.

El juicio proseguirá el próximo día 31 de mayo con el testimonio de más ex trabajadores. EFECOM

odn as/im/br

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