
Casi al final de su -tensa- comparecencia tras su encuentro con el líder de la oposición, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero ha tirado la toalla. Sus últimas argumentaciones, intentando justificar lo injustificable, flojearon y tuvo que recurrir a la no retórica y al vacío: "La expectativa de los resultados se abrirá cuando empiece el crecimiento". Análisis: "Buenas maneras, pero acuerdos irrelevantes".
En definitiva, una frase sin sentido, obvia y que no aporta ya nada a un discurso prácticamente pueril. Última estación: la pérdida de control total.
La baraka de Zapatero
Y eso que el actual Ejecutivo aún no es consciente de que ha sido muy afortunado. ¿Por qué? Porque mientras la caracterización de la tragedia griega vía déficit es casi un intangible -los problemas griegos vienen de una 'doliente' gestión de sus estadísticas públicas y de una falta de competitividad terrible-, la de España es distinta.
Las claves de la crisis económica
Como bien dijo esta mañana Bruselas, el quid de la cuestión en España no es su nivel de endeudamiento actual, sino este -y la transcripción es literal-: "Los principales motivos del retraso de España a la hora de salir de la crisis son el estancamiento del consumo privado debido al alto nivel de paro y a la práctica congelación de los salarios y sobre todo al ajuste en el sector de la construcción". Item más: "La alta segmetanción del mercado laboral" puede acabar "reduciendo el potencial de crecimiento de la economía española". Es decir: que si bien los griegos podría decirse que han ido globalmente mal, en España la tragedia principal es el mercado laboral. Ese, precisamente, que Zapatero ha intentado defender a uñas y dientes tal y como está y que ahora le tocará cambiar, a regañadientes, sí o sí.
Zapatero escenifica una reunión con Rajoy sin medidas de calado
Hubo que esperar año y medio para ver a los dos principales líderes políticos saludarse a las puertas del Palacio de La Moncloa.
Tras los anunciados encuentros entre Zapatero y Rajoy que nunca llegaban, a principios de semana Presidencia convocada al jefe de la oposición para hablar, esta vez de temas económicos. La noticia se producía al albur de la invitación que el Rey de España hacía a la unidad y al acuerdo para salir de la crisis.
Pero la reunión ha sido como la gaseosa. No ha cubierto expectativas. Un resumen que se traduce en escasas noticias de calado con dos temas en la agenda: acelerar la reforma de las cajas de ahorro y ratificar el acuerdo respecto al plan de rescate a Grecia. Como dicen los franceses, un déjà vu: Dos medidas en las que los dos partidos políticos, a la postre, siempre han estado de acuerdo. Sin embargo, el déficit público y la reforma laboral no han estado en la agenda.
Como diría el aforismo español, para este camino no hacían falta tantas alforjas. Por que lo cierto es que a lo largo de dos horas y media, Zapatero y Rajoy no han logrado escudriñar más temas que aquellos en los que compartían de antemano su opinión. Los populares ya habían mostrado su apoyo al Gobierno en la reforma de las cajas de ahorro y en el plan de rescate a Grecia, rescate, que, como ha destacado el primer espada del PP, obligará a los españoles a pedir dinero para poder afrontar esta ayuda.
"El tiempo se terminó"
Finalizado el encuentro, y en el entorno de la sala de prensa de Moncloa, el líder del PP ha sido el primero en dirigirse a los medios y dar cuenta de los aspectos tratados. Rajoy ha subrayado iniciativas en las que su partido siempre ha brindado apoyo al Gobierno -como es el caso del rescate al sistema financiero-, pero al mismo tiempo, ha advertido de la necesidad de un "plan global" para salir de la crisis. "El tiempo se terminó", ha manifestado el líder del PP. Y ha insistido: "lo digo con toda claridad: la política de esperar y ver ya no puede continuar, esperar a que escampe no conduce a nada", ha proclamado. A su juicio, "Zapatero no va por el buen camino: ya no valen medidas parciales, inconexas o contradictorias. Hay que hacer un plan ya que englobe el grueso de la política económica".
La visión particular de Zapatero
Con un escenario como la situación griega, la caída de la bolsa, las advertencias de los organismos internacionales o los datos del paro, el presidente del Gobierno no ha observado con los mismos ojos la citada reunión, a tenor de sus primeras impresiones: "Ha sido útil y positiva y se han producido dos acuerdos importantes", ha dicho Zapatero. Y tras repetir una vez más que el sistema financiero español ha demostrado una gran fortaleza y solvencia y que han caído "colosos" mientras nuestros bancos no han caído, remarcó que la reforma del sistema financiero se va a hacer "racionalmente y sin traumas".
Los datos positivos del Gobierno
Con tono de complacencia, el líder socialista se ha referido una vez más a "los primeros datos positivos" confirmado "tenerlos y ser ciertos". Para el presidente del Gobierno "hemos empezado a tener las condiciones para ver la salida de la crisis... Hay motivos para tener confianza".
Dos maneras de entender el déficit público
El presidente del Gobierno no ha tratado con igual entusiasmo el déficit público ante las preguntas de los medios. José Luis Rodríguez Zapatero ha reconocido que el problema se ha puesto sobre la mesa, pero éste ha sido zanjado con la defensa de cada una de las posiciones. "Ya sabemos que el PP cree que hay hacer una reducción drástica del déficit, lo que comprometería la recuperación del crecimiento, pero nosotros pensamos que esa reducción tiene que ser razonable para favorecer y no perturbar el crecimiento de la economía", ha concluido.
El déficit no es drástico
El jefe del Ejecutivo ha cerrado su intervención mencionado de largo las reformas del mercado, de las que ha admitido que también hay desacuerdo. Y eludiendo responsabilidades ha manifestado: "Unos piensan que hay que hacerla por decreto y otros no, pero no es una discrepancia desgarradora. Si Rajoy denuncia que el marco laboral es un desastre, es el que recibimos".