Economía

Polonia prevé adoptar el euro en 2012, coincidiendo con la Eurocopa de fútbol

Nacho Temiño

Varsovia, 11 may (EFECOM).- Si las previsiones de la ministra polaca de Economía, Zyta Gilowska, son acertadas, el euro podría llegar a Polonia en 2012, coincidiendo con la celebración de la Eurocopa de fútbol, que tendrá lugar ese mismo año en este país y en la vecina Ucrania.

"Nuestro objetivo es hacer coincidir ambos eventos, el fútbol y la nueva moneda", asegura Gilowska, una de las ministras más polémicas dentro del ejecutivo de los Kaczynski, ya que anteriormente militaba en la principal fuerza de la oposición, el partido liberal Plataforma Ciudadana.

La realidad es que la fecha de adopción del euro en Polonia ha sido hasta ahora una incógnita, además de una cuestión secundaria en la política polaca, generalmente sumida en el revisionismo histórico que los gemelos Kaczynski han impulsado desde que llegaron al poder hace casi dos años.

Pero para la ministra Gilowska, entrar en la eurozona ha sido siempre una meta constante desde que asumió la cartera de economía. "Las condiciones económicas necesarias para que Polonia pueda sumarse al carro del euro deberían conseguirse sin problemas en 2009", ha asegurado en repetidas ocasiones Gilowska.

"Tenemos que reducir la inflación y el déficit presupuestario, pero creo que entonces estaremos preparados para llegar a los criterios fijados en Maastricht", explicaba recientemente durante una conferencia en la universidad católica de Lublin.

"Si todo transcurre correctamente, en 2010 se podrán empezar las negociaciones para unirnos a la zona euro", confirma Katarzyna Zajdel, viceministra de Economía, quien también está convencida de que es necesario para la economía polaca que "en 2012 la nueva moneda ya esté en las carteras de los ciudadanos".

Pero los planes del ministerio de Economía no sólo tendrán que afrontar los criterios de convergencia exigidos por Europa, sino que también tendrán que intentar convencer a una población mayoritariamente contraria a cambiar el zloty (moneda polaca), según aseguran las últimas encuestas, en las que el 60% de los polacos se muestran contrarios a adoptar el euro.

El primer ministro, Jaroslaw Kaczynski, es uno de los políticos que también se declaran abiertamente escépticos ante la llegada del euro. "No tengo claro si los beneficios de la nueva moneda superaran a los perjuicios", ha repetido en varias ocasiones, preocupado por el previsible aumento de precios que supondrá el cambio de moneda, aunque consciente de la necesidad de adaptarse a la nueva realidad europea.

Tampoco sus socios de gobierno, los ultraconservadores de la Liga Polaca de las Familias y el partido campesino Autodefensa, son especialmente favorables a que Polonia entre en la eurozona y siguen aferrándose al temor al incremento de los precios y la mayor competencia de empresas extranjeras que puede traer el euro.

Frente a ellos, un reciente estudio económico encargado por el parlamento polaco a los economistas del país urge al ejecutivo a adoptar el euro lo antes posible para "asegurar la competencia del país en la nueva economía europea, mantener el aumento de la inversión extranjera reducir la inflación".

"La Eurocopa será un momento perfecto para la nueva moneda", afirma Boguslaw Grabowski, presidente del Tesoro polaco y uno de los autores de este informe, quien destaca que las inversiones que se van a realizar en Polonia para la Eurocopa son "el impulso necesario para asumir el reto del euro".

De hecho, el presidente Lech Kaczynski asegura que en 2012 "el país será un 30 por ciento más rico y se habrán reducido muchas de las distancias que aún separan a Polonia de los estándares de la UE". No en vano, gracias a la Eurocopa llegarán más de 37.000 millones de euros de fondos europeos, lo que supondrá un crecimiento del producto interior bruto estimado en 4 ó 5 puntos.

Mientras tanto, los empresarios polacos se frotan las manos. El negocio del fútbol va a suponer casi 3.000 nuevos kilómetros de carreteras y autopistas, nuevos estadios de fútbol, mejoras en las infraestructuras ferroviaria y aeroportuaria y aumento de la oferta hotelera en 80.000 camas.

Una mina de oro para un país donde las infraestructuras aún permanecen obsoletas y sin demasiadas modificaciones desde la caída del régimen comunista. EFECOM

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