
Madrid, 30 abr (EFE).- El secretario general del PSM, Tomás Gómez, ha denunciado hoy que la unidad de Anorexia y Bulimia del Hospital Ramón y Cajal "anunciada a bombo y platillo" por la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, hace dos años y medio no funciona y nunca llegó a prestar el servicio comprometido.
En declaraciones a los medios con ocasión de una visita a este centro hospitalario, Gómez aseguró que de la unidad anunciada por Aguirre como "compromiso" del gobierno regional y "buque insignia" de la atención a los ciudadanos hoy "solamente queda un tabique".
"La unidad no funciona, nunca se llegó a prestar el servicio que se había comprometido con los ciudadanos", remachó el secretario general de los socialistas madrileños.
Por su parte, fuentes del hospital Ramón y Cajal aseguraron que la unidad de Anorexia y Bulimia "se abrió en el primer trimestre de 2008" y que "el coste de la instalación fue de 46.000 euros".
Según estas fuentes, "la unidad no sólo sigue abierta, sino que ha atendido a 41 pacientes en estos años".
La estancia de los enfermos en la unidad "oscila entre los 60 y los 90 días" y la unidad "funciona de manera normal". La plantilla está compuesta por "un psiquiatra, un médico nutricionista (de apoyo), seis enfermeras y seis auxiliares de enfermería".
Por otro lado, Gómez denunció el "dramático" recorte de recursos para los centros sanitarios públicos "en favor de empresas privadas que están gestionando otros centros hospitalarios" y afirmó que, concretamente, en el hospital Ramón y Cajal "se va a producir un recorte de un centenar de puestos de trabajo -sanitarios y no sanitarios-".
Sin embargo, fuentes del hospital puntualizaron que el centro "no ha reducido su plantilla en 100 personas", sino que la ha aumentado en los últimos años, pasando de 5.064 trabajadores en 2006 a 5.265 en 2007, 5.217 en 2008 y 5.296 trabajadores en 2009.
Por otro lado, Tomás Gómez arremetió "contra los contratos eventuales que son renovados permanentemente" y que, según el dirigente socialista, han llevado a CCOO y UGT a hablar de trabajadores "eventuales estructurales", que son "personas que deberían formar parte de plantilla y tienen inseguridad laboral en relación con su hospital y con el sistema de sanidad pública".
Según Tomás Gómez, una cama en el hospital Ramón y Cajal cuesta a los madrileños un 42% menos que en el Hospital nuevo de Vallecas, de gestión semiprivada, o un 38% menos que el Hospital Puerta de Hierro o un 41% menos que el hospital de San Sebastián de los Reyes.
"La apuesta de Esperanza Aguirre por una sanidad con una participación privada importantísima es más cara para los madrileños y da peor calidad de servicio a los madrileños", dijo Gómez.
Agregó que "los nuevos hospitales que se pusieron en marcha la legislatura pasada se están comiendo gran parte del presupuesto y que resulta que los madrileños pagamos prácticamente el doble por una cama en uno de los hospitales nuevos que en uno como éste que garantiza calidad de servicios sanitarios a los ciudadanos".
El PSM criticó que se produce una saturación en general en la sanidad madrileña, que está prevista para 5 millones de ciudadanos, cuando en realidad habitan en la región "6 millones y medio de ciudadanos", de forma que el tiempo asistencial por paciente es de 3 minutos 20 segundos, cuando los organismos internacionales recomiendan un tiempo de 10 minutos por paciente.