
Grecia puede ser sólo "la punta del iceberg". La deuda soberana de Estados Unidos a Japón, pasando por el sur de Europa, va a provocar que o bien los niveles de inflación se disparen, o bien conduzcan a defaults gubernamentales. Es al menos lo que asegura Nouriel Roubini, el reputado profesor de la Universidad de Nueva York y gurú de la crisis, que advierte sobre todo de la delicada situación a la que se puede enfrentar EEUU a dos o tres años si no pone solución a sus problemas fiscales.
"Los inversores vigilantes del mercado de renta fija (aquellos que propician las ventas para alimentar las rentabilidades, y poner así de manifiesto su preocupación por las políticas monetarias) están huyendo de los bonos de Grecia, España, Portugal, Reino Unido e Islandia. Pero desafortunadamente, no se están marchando de EEUU", apunta Roubini.
A este experto, más allá de las bajadas de rating de Grecia, Portugal y España de esta semana, lo que más le preocupa "es la acumulación de deuda soberana".
Y si este problema no es abordado por los Gobiernos, las naciones con grandes cantidades de papel o bien serán incapaces de hacer frente a sus compromisos financieros o bien experimentarán niveles de inflación medios más altos, con la monetarización por parte de las autoridades de la deuda pública, opina el profesor.
Grecia, el "canario en la mina de carbón"
"Los mercados siguen preocupados por Grecia, pero Grecia es sólo la punta del iceberg, el canario en la mina de carbón que avisa de la existencia de un rango de problemas fiscales mucho más amplio", comenta el profesor que añade que el aumento de impuestos no será suficiente.
Roubini asegura que Grecia podría ser expulsada de la zona euro, lo que llevaría a la decandencia del euro, que se convertiría en "una divisa menos líquida". Y aunque opina que "una eurozona más pequeña tendría más sentido", reconoce que sería "un lio tremendo" conseguirla.
Peligro latente en EEUU
"Al final, los problemas fiscales de EEUU saldrán a la palestra. El riesgo de que suceda algo muy serio en el país en los próximos 2 o 3 años es muy significativo, ya que no existe en Washington una buena predisposición a buscar soluciones", advierte Roubini.
En su opinión, va a hacer falta una combinación de subida de impuestos y significativo recorte de gastos. Precisamente, Roubini es uno de los que defienden la creación de un impuesto de emisiones sobre los combustibles fósiles, que según el profesor contribuiría a reducir la dependencia de EEUU del petróleo extranjero, a la vez que ayudaría a pagar el abultado déficit estadounidense.