Economía

Cortesía francesa y puñaladas cruzadas en acalorado debate Sarkozy-Royal

PARIS (Thomson Financial) - Beatriz Lecumberri

Ella combativa y tensa, él incisivo pero tranquilo: durante casi tres horas, los dos candidatos a la presidencia francesa, Ségolène Royal y Nicolas Sarkozy, defendieron en la televisión sus programas e intentaron, a su manera, desprestigiar a su adversario a ojos del elector.

Tras un breve apretón de manos, el azar fue certero y decidió que la socialista se sentara a la izquierda y el conservador a la derecha en este inmenso estudio de televisión vacío, en el que los dos candidatos fueron cuestionados por dos periodistas estrella de la televisión francesa.

'La señora Royal trata de todos los temas al mismo tiempo y muy por encima. No es precisa', comenzó Sarkozy, que en ningún momento dejó de llamar a su adversaria con un irónico 'Madame'.

'Sé muy bien de lo que hablo y sé que pondré en práctica lo que digo. Seré la presidenta que hará que las cosas funcionen', respondió la socialista, algo crispada.

Interrumpiendo a menudo al candidato conservador, Royal, vestida de oscuro con una elegante camisa blanca, intentó, mirando a Sarkozy fijamente a los ojos, que asumiera claramente su 'catastrófico' balance como ministro de Interior.

Vestido con un traje azul oscuro, camisa azul claro y corbata a rayas, Sarkozy quiso demostrar que no es el hombre inestable, agresivo y brutal que describen sus rivales de izquierda.

Una cuestión aparentemente simple, la presencia de niños discapacitados en las escuelas ordinarias reclamada por Sarkozy, provocó finalmente el encendido enfrentamiento que los franceses esperaban.

'Usted alcanza el súmmum de la inmoralidad política. Ese abismo entre las palabras y los hechos no es aceptable', declaró indignada Royal.

'Nunca me dirigiría a usted en estos términos. Veo que pierde los nervios fácilmente (...) Para ser presidente hay que conservar la calma', respondió un sonriente Sarkozy.

Royal, que tiene la reputación de ser una persona serena, se vio de repente en el papel de mala de la película. 'No he perdido los nervios, estoy enfadada y hay enfados muy sanos', reaccionó.

Con respecto a las cuestiones claves que deberá afrontar el nuevo presidente de Francia comenzando por impulsar la economía, rentabilizar al máximo el trabajo, reducir la inseguridad y luchar contra la deuda pública, todo opuso a los dos candidatos, incluso la temperatura de la sala en que se desarrolló el debate.

Minutos antes de entrar en directo, Royal consideró que hacía frío en el estudio pero Sarkozy no estaba de acuerdo. Esta cuestión ínfima mereció una reunión de urgencia de los consejeros de los candidatos para decidir finalmente que la temperatura debía subirse un grado.

'¿Por qué cualquier persona que no piensa como usted es tratada con ironía y desprecio?', preguntó el candidato, con aire inocente, en otro momento del debate.

Sin abandonar un tono paternal y algo pedagógico, Sarkozy intentó atacar el punto débil de su adversaria: una falta de experiencia que ha hecho que muchas veces sea acusada de incompetencia.

Pero esta vez fue Sarkozy quien dio un paso en falso en datos sobre energía nuclear y Royal sugirió a su rival que 'revisara' un poco sus conocimientos en la materia.

'¿Puedo terminar mi frase, por favor? Deje de interrumpirme. Conozco bien esa técnica. Cuando usted se siente intimidado, se pone en el papel de víctima', respondió la socialista.

'Con usted sería una víctima voluntaria, señora Royal', bromeó un seductor Sarkozy.

'Mejor para usted, al menos habría algún placer', respondió la socialista sin pelos en la lengua.

tfn.europemadrid@thomson.com

AFP/mm

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