ANKARA (Thomson Financial) - Burak Akinci
La gigantesca manifestación del domingo en Estambul refleja la voluntad de los turcos de proteger a toda costa su forma de vida laica contra toda tendencia islamista, pero también su oposición a una nueva intervención del ejército, coincidieron este lunes los analistas.
Numerosos defensores del laicismo invadieron Estambul el domingo para
denunciar lo que consideran como una política de islamización de su país por el
gobierno islamista conservador.
Entre las consignas que gritaba aproximadamente un millón de manifestantes
hubo una que se destacó: 'Ni sharia ni golpe de Estado, viva Turquía plenamente
democrática'.
Inicialmente, los organizadores querían denunciar al Partido de la Justicia
y del Desarrollo (AKP, surgido del movimiento islamista), en el poder desde
2002, y a Abdula Gul, su candidato, un ex islamista, para la elección
presidencial.
Pero el comunicado del ejército, difundido el viernes por la tarde, que
acusaba enérgicamente al AKP de cuestionar los principios laicos, provocó una
crisis. El tema de la manifestación cambió.
Aunque pocos manifestantes denunciaron esa incursión militar en la vida
política, el ambiente general parecía decir: 'nosotros estamos aquí, el
ejército no debe intervenir', declaró a la AFP Oral Calislar, un periodista y
analista político.
Este hombre, que pasó en total siete años de su vida en las cárceles
turcas, después de dos golpes militares, en 1971 y en 1980, vio en esta
manifestación 'histórica' una ocasión para que Turquía demuestre que ha llegado
a la madurez democrática.
'Es algo bueno. La sociedad turca, conocida por su pasividad, bajó a la
calle para gritar: 'estamos preocupados por el laicismo, pero no queremos un
golpe de Estado'', destacó.
Los organizadores que pronunciaron discursos ante la multitud se
distanciaron del 'ultimátum' del ejército.
'Está claro que los golpes de Estado no son remedios, lo hemos visto y
aprendido', afirmó Turkan Saylan, una profesora de medicina que dirige una
organización no gubernamental que defiende fundamentalmente los principios
seculares.
Sin embargo, Saylan recordó que 'el ejército es una parte activa de la
salvaguarda del laicismo y seguirá siéndolo'.
El ejército es la institución más respetada del país y derrocó a cuatro
gobiernos en medio siglo, el último en 1997, en una atmósfera de desprecio
general de la política.
Las leyes indican que el ejército, adalid de la ideología de Ataturk, el
fundador de la Turquía laica, es un guardián de los valores republicanos y
tiene peso en la política, aunque las reformas pro europeas hayan disminuido su
influencia.
Los manifestantes, que gritaron su lealtad al laicismo, base de la
democracia turca, también destacaron que no quieren perder las conquistas
democráticas, garantizadas parcialmente por una voluntad de adherir a la Unión
Europea, destacó la prensa este lunes.
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AFP/mm
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