
El diálogo social no avanza. Y al Ejecutivo le queda menos de un mes para llevar a cabo la reforma laboral, tal y como anunció el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien aseguró que antes de que concluyera este mes de abril habría reforma laboral. El modelo austríaco, la solución a las indemnizaciones.
Pero la dificultad de poner de acuerdo a los empresarios y a los sindicatos en medidas tan complejas como la limitación de la temporalidad ha hecho que el Gobierno tome las riendas del diálogo social y divida las negociaciones tripartitas (entre sindicatos, CEOE y Ejecutivo) para acelerar así las reuniones y evitar una nueva ruptura, como ya pasara en julio de 2009, cuando los sindicatos se levantaron de la mesa por una propuesta empresarial.
Así que, según confirman a elEconomista fuentes inmersas en las negociaciones, el Ejecutivo mantendrá reuniones con los sindicatos y los empresarios por separado. En estos encuentros, el Ministerio estudiará las propuestas de la reforma que más afecte a cada una de las partes, evitando así plantear cuestiones que increpe a las organizaciones con las que se reúne.
No obstante, esta nueva estrategia de negociación no ha sido muy bien acogida por los agentes sociales, ya que, según señalaron a este diario, les traslada cierta desconfianza al no saber qué se está negociando con la otra parte.
Lentitud en las negociaciones
El Ministerio de Trabajo mantendrá estas reuniones bilaterales durante la primera quincena de abril, según prevén fuentes cercanas del gabinete, y una vez pasado este plazo presentará un borrador de la reforma laboral a los agentes sociales para que lo debatan.
Hasta ahora, en las reuniones que se han mantenido durante los últimos dos meses, no se ha avanzado nada en las cuestiones que iban a formar parte de la reforma del mercado de trabajo. "Sólo se está haciendo una lectura colectiva de cada uno de los puntos que presentó el Gobierno el pasado mes de febrero en Moncloa, pero aún no se ha hablado de lo que se está de acuerdo o no", afirman fuentes cercanas al diálogo. Cabe recordar que en la anterior tanda del diálogo social las reuniones se dilataron en el tiempo sin ningún resultado. Desde que se iniciaran las negociaciones en junio de 2008, hasta que fracasó el dialogo un año y un mes más tarde, tan sólo consiguieron aprobar una batería de medidas.
Además, el Ejecutivo sabe las divergencia de posturas que mantienen los agentes sociales sobre algunos puntos de la propuesta de reforma laboral. Por ejemplo, una de las medidas estrella que ha introducido el Gobierno es la ampliación del contrato de fomento a la contratación indefinida, que mantiene una indemnización por despido de 33 días, pero a la organización empresarial no le supone un gran aliciente.
Por otra parte, la propuesta de concretar causas específicas para realizar un contrato temporal tampoco está muy bien vista por los empresarios, aunque todavía la organización no han manifestado su posición en la mesa de diálogo.
En el caso de los sindicatos, la mayor traba se encuentra en la concreción de las causas de despido objetivo, que puede convertirse en un coladero para despedir más barato.