
El colegio de Arquitectos registró la construcción de 110.862 inmuebles, frente a los 252.845 de 2008. El número de casas libres descendió hasta en un 63,35% y el de protegidas, en un 22,69%.
La caída que ha sufrido el sector de la construcción en España sirve de ejemplo a todos aquellos países que basan actualmente su crecimiento en este beneficioso campo, al que cuesta ponerle freno por los suculentos ingresos que proporciona. Pero el desplome que ha experimentado en nuestro país también sirve como aviso a navegantes.
Y es que el descenso aumenta mes a mes. En este sentido, el Colegio Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE) elabora todos los años estadísticas de cómo evoluciona la construcción en función de los proyectos que tienen que visar. A la hora de construir una vivienda siempre es necesario que el proyecto sea analizado por un arquitecto y que éste le dé el visto bueno. En 2009 se inició la construcción de 110.862 viviendas, lo que supone un 56,15 por ciento menos que el anterior.
Si esta cifra la desglosamos entre vivienda libre y protegida, la cantidad más alarmante se obtiene en la ejecución de pisos a precio de mercado. Según la CSCAE, en 2009 se iniciaron un total de 76.288 viviendas, lo que representa un 63,35 por ciento menos que el año anterior. Esta cifra viene a demostrar las dificultades que actualmente están pasando principalmente las inmobiliarias, que han visto cómo su negocio pasaba de ser una mina de oro a un auténtico calvario por la falta de clientes que siguen esperando una reducción mayor en los precios.
En el caso de la vivienda protegida, aunque el descenso registrado es menor, un 22,69 por ciento, también muestra las dificultades de las arcas públicas, que disminuyen sin encontrar la forma de seguir generando caja. Debido a ello, en toda España se construyeron un total de 34.574 viviendas protegidas. En número de inmuebles esta cifra supone reducir en más de 10.000 el número de familias con escasos recursos que se han beneficiado de las subvenciones del Estado o de las comunidades autónomas que conllevan este tipo de construcciones.
Hay que tener en cuenta que el número de viviendas visadas no tiene por qué coincidir con el número de inmuebles cuya construcción se finaliza. En estos tiempos difíciles para la solvencia de las inmobiliarias y constructoras se empiezan edificios que pueden llegar a tardar varios años en terminarse o que incluso se pueden paralizar hasta que la liquidez vuelva al bolsillo de los atrevidos empresarios que siguen confiando en el sector de la construcción. Lea el artículo completo en la edición impresa de elEconomista.