Economía

Semana de pasión para el Gobierno ante el fracaso de la mesa de Zurbano

José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno.

El Gobierno quería afrontar las vacaciones de Semana Santa con todas las penitencias cumplidas pero, finalmente, se va a enfrentar más bien a una semana de pasión. Los pequeños guiños que realizó por escrito a algunos de los grupos parlamentarios reunidos en torno a la mesa de Zurbano no han sido suficientes y la falta de consenso ha forzado al Ejecutivo a retrasar hasta el 9 de abril el decreto ley con las medidas anticrisis más urgentes que quería llevar mañana al Consejo de Ministros.

Todos los partidos, a excepción de UPN, mostraron entre el viernes y el sábado su negativa a firmar un texto que, a su entender, es "decepcionante" y a posar en una foto que supondría, por unos meses, el respaldo de la oposición -o una parte de ella- a la política anticrisis del Gobierno.

Ahora la pelota está de nuevo en el tejado del Ejecutivo, que es quien tiene que volver a mover ficha y a reanudar las conversaciones bilaterales -previsiblemente, hoy mismo- si quiere que el decreto anticrisis que salga de esta ya famosa Comisión tenga un mínimo apoyo para ser convalidado en el Congreso de los Diputados.

Marcha atrás

La negativa de los representantes políticos al documento final de 54 medidas, que presentó el pasado jueves la vicepresidenta económica, Elena Salgado, le ha llevado a rectificar sus palabras. Entonces, aseguró que el texto era el definitivo y que sólo admitía "observaciones" en las horas que separaban esa presentación de la jornada de hoy, para la que estaba prevista una foto en la que el Ejecutivo sólo contaba con la ausencia del Partido Popular, y tal vez de UPyD.

El sábado, el Gobierno reconoció el retraso del decreto, teóricamente, para que las formaciones tuvieran más tiempo para analizar el documento; pero la realidad es que la exigencia vuelve a pasar por cambios sustanciales. Salgado se verá obligada a renegociar el texto en los próximos días y a lograr un acuerdo mínimo, con o sin foto, de aquí al 9 de abril.

Además, el presidente del Gobierno también ha tenido que dar marcha atrás en un doble sentido, ya que aprobar las medidas más urgentes antes de las vacaciones era una pretensión personal y fue él mismo quien anunció en el Consejo de Ministros de Sevilla que los pactos de Zurbano irían mañana a Moncloa.

Tampoco hay que olvidar, aunque se trate de un asunto radicalmente diferente y de marcado carácter empresarial, que el texto de Zurbano no es el único retraso que tuvo que asumir el Partido Socialista la semana pasada por falta de respaldo parlamentario.

Los socialistas tuvieron que posponer, a instancias de un PNV apoyado por el resto de la oposición, la votación de la enmienda antiblindajes. También, la rápida aprobación de ésta era una aspiración llegada directamente desde Moncloa.

Críticas de última hora

Ayer, no se pronunció ninguno de los negociadores, pero sí lo hicieron sus compañeros de partido. El PP cuestionó que "al Ejecutivo le importan más las fotos que las medidas" y que como nadie las apoya, las retrasa; el PNV responsabilizó a Zapatero de haberse "cargado" Zurbano ; mientras que IU criticó que "no hay voluntad del Gobierno de liderar un acuerdo justo".

Ahora la troika, integrada por Elena Salgado, José Blanco y Miguel Sebastián, tiene once días para sumar más iniciativas a sus dos medidas estrella: la concesión de préstamos directos por el ICO a pequeñas y medianas empresas y autónomos y los incentivos fiscales para obras de rehabilitación de vivienda. Sus principales esperanzas siguen siendo CiU, PNV, CC y ERC.

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