Economía

La jubilación dorada de Michael Jordan

El ex deportista mejor pagado del mundo factura más en publicidad que muchas estrellas de la NBA. Foto: Archivo
Colgar las botas, las zapatillas, los guantes o cualquier otra prenda deportiva supone, en la mayoría de los casos, el fin de una carrera profesional para los deportistas de todo el mundo. Para otros, sin embargo, es el inicio de un fructífero negocio que, en ocasiones, les lleva a facturar más dinero del que generaban cuando eran profesionales en activo.

Es el caso de Michael Jordan, quien en 2003 cerró definitivamente su etapa como jugador de baloncesto en la NBA, pero sigue figurando, año tras año, en los primeros puestos de las listas de deportistas más ricos del mundo.

Estrella mediática

Sin necesidad de tirar una sola canasta, realiza más anuncios publicitarios que muchas de las estrellas actuales de la mejor liga de baloncesto del mundo. En 2005, por ejemplo, facturó 33 millones de dólares sólo en explotación de su imagen a través de la publicidad, sin contar el multimillonario contrato de por vida que tiene con la firma Nike, que le reporta unos emolumentos mayores de los que generaba en su etapa de jugador.

En 2006 sus ingresos superaron los 50 millones. Es menos de lo que facturó en 2001, año en que regresó a las canchas para jugar en los Washington Wizards, cobrando una ficha de un millón de dólares, pero ingresando en su cuenta corriente una cantidad estimada en 62.365.000 dólares. Un dinero que gestionó en inversiones como el restaurante de lujo que posee en Chicago o la creación de una marca de cosméticos propia.

Tirón comercial

El considerado como mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos ha sabido administrar el tirón comercial que generó durante su época en activo (1984-2003): Nike, Gatorade, McDonald's, MCI, Coca-Cola, Hanes, Ball Park Franks, Raykovac... Son sólo algunas de las multinacionales que acudieron a Jordan como reclamo comercial en los 80 y los 90 y, veinte años después de la irrupción del jugador en la NBA, siguen apostando por él como imagen de marca. Incluso la compañía de aerolíneas Royal Jordania Airlines utilizó su imagen para un spot publicitario. Y Warner Bros recaudó más de 100 millones de dólares con el filme Space Jam, donde Michael Jordan era el protagonista junto a Bugs Bunny y el Pato Lucas.

En los últimos tres años Michael Jordan se ha dedicado a diversificar sus vías de negocio a través de la explotación de su imagen, lo que le ha valido para facturar el pasado año más de 50 millones de dólares sólo por este concepto. A esta cifra hay que añadirle el resultado de otras inversiones bursátiles y empresariales, como la que efectuó hace justamente un año al convertirse en co-propietario de los Charlotte Bobcats, la última franquicia que ha llegado a la NBA, así como dueño de la escudería de motos Jordan Motorsports, que compite en Superbikes.

Pero su mayor fuente de ingresos proviene de la línea de moda deportiva con su nombre que produce Nike.
Jordan es el hombre que catapultó a la firma norteamericana al primer puesto en ventas. Durante los años que el jugador estuvo en activo, la multinacional facturó 2.600 millones de dólares sólo con la venta de productos Air-Jordan. En 1985, primer año de esta relación, la cifra había sido de 100 millones de euros. Jordan ya atisbaba el potencial de superestrella en que se acabó convirtiendo. Nike, en cambio, estaba muy lejos en ventas de zapatillas deportivas con respecto a Converse y Adidas, líderes por entonces del sector.

Compra de Converse

El contrato inicial fue de 2,5 millones de dólares por temporada. Veinte años después, Nike compró Converse por 350 millones de dólares, manteniendo la línea de productos Jordan, por la que el jugador percibe más de 20 millones sólo por cesión de imagen y, además, se lleva un porcentaje de los beneficios por ventas, que ascienden a un valor neto de 398 millones de dólares. A la cuenta bancaria de Michael Jordan no le ha afectado la retirada deportiva del jugador. Y a su tirón comercial, tampoco, ya que continua siendo el principal reclamo publicitario de numerosas multinacionales, como McDonalds, y los productos con su imagen ocupan los primeros lugares de ventas.

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