
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, intenta demostrar que España puede evitar el destino fatal de Grecia recortando el déficit. Sin embargo, las autoridades regionales, con las elecciones autonómicas a la vuelta de la esquina, le van a poner las cosas muy dicífiles.
En 2011 se celebrarán las elecciones autonómicas y municipales, (salvo en Cataluña y Andalucía, donde se realizarán este ejercicio), por lo que los gobiernos de las comunidades autónomas son reticentes a reducir el gasto, fundamental de cara a tratar de reducir el que es el tercer déficit más abultado de la zona euro.
Así, según escribe Emma Ross en Bloomberg, el poder regional preocupa, y mucho, a los inversores extranjeros, que podrían deshacer sus posiciones en bonos del Tesoro español tal como han hecho con la deuda de Grecia.
"La presión está ahí, pero creo que algunas regiones van a resistir bien", asegura Ángel de la Fuente, economista del Instituto de Análisis Económico del CSIC, que añade que la crisis griega es un "susto muy útil" que da pistas de lo que puede suceder si España no pone sus finanzas en orden.
Medidas adicionales
La Comisión Europea ha asegurado esta semana que España puede necesitar mayores recortes de presupuesto para lograr su objetivo de situar el déficit en el 3% para 2013, lo que supone un "riesgo adicional" para la evolución de las regiones, que controlan el 37% del gasto público.
Teniendo en cuenta que las previsiones del Gobierno estiman que más de la mitad del 7,5% de déficit previsto para 2011 vendrá de las comunidades, la vicepresidenta Elena Salgado puede intentar forzar un pacto con las autoridades regionales después de la intentona fallida de diciembre.
Pero no lo va a tener nada fácil, en especial con presidentes que son claros opositores a sus políticas, como Esperanza Aguirre, pero también con aliados que están mostrando resistencia al recorte de gastos como Ángel Agudo, consejero de Economía y Hacienda de Cantabria.
Apoyos en peligro
"El principal problema es que se les ha dado poder a las regiones sobre el gasto sin exigirles la responsabilidad de recurrir al contribuyente para conseguir fondos. No tienen los estímulos correctos (desde el Gobierno central) para que sus gastos estén en línea con su capacidad de ingresos", explica Luis Garicano, profesor de la Escuela de Economía de Londres (Londos School of Economics).
Ahora, va a ser muy complicado cambiar el modelo sin perder apoyos en el Congreso.
"Políticamente es muy difícil hacer algo así, porque el Gobierno necesita los votos de determinados partidos para gobernar. Contener los gastos es mucho más difícil de lo que parece", sentencia Alfredo Pastor, actualmente profesor de la escuela del IESE.