Madrid, 15 abr (EFECOM).- Los hogares españoles podrán ahorrar más gracias al tipo único de tributación de los productos de ahorro, que desde la aprobación de la reforma del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) tributan al 18 por ciento, sean del tipo que sean.
Esta sistema fiscal neutral (como se conoce entre los economistas) fue valorado por varios expertos consultados por Efe para favorecer el ahorro de las familias, que en 2006 fue de un 10,1 por ciento de su renta, la cifra más baja desde 1999, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La última reforma del IRPF, que entró en vigor el pasado uno de enero, ha homogeneizado la fiscalidad de los productos de ahorro, que ahora están gravados al 18 por ciento, sea cual sea su fórmula (plusvalías, seguros, planes de pensiones...) y su duración -a corto o a largo plazo-.
Como explicó a Efe el director de coyuntura de la Fundación de Cajas de Ahorros (FUNCAS), Ángel Laborda, esta reforma pretende incentivar los planes de pensiones, que, aunque también están gravados con un 18 por ciento -que se paga cuando el inversor se jubila- contemplan deducciones durante todos los años en los que el contribuyente ingresa.
Así, la nueva ley permite reducciones de la base imponible de las aportaciones realizadas a los planes de pensiones según la edad, de forma que para los menores de 50 años la deducción será de 10.000 euros o el 30% de la suma de los rendimiento netos del trabajo y de actividades económicas.
Para los mayores de 50 años, será la menor de estas cantidades: 12.500 euros o el 50% de la suma de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas.
En el caso de que el inversor tenga algún tipo de discapacidad, el límite se establece en 24.500 euros.
Sin embargo, para Alfonso Amor, de Analistas Financieros Internacionales (AFI), la reforma actual no permite un gran ahorro fiscal porque la bajada de impuestos no es significativa.
De hecho, explicó que, con el nuevo sistema, la rentabilidad ya no va en función del plazo, por lo que, en su opinión, el Gobierno no prima el ahorro a largo plazo.
En cualquier caso, las ventajas fiscales son sólo una de las condicionantes para que las familias opten por gastar menos; la percepción que tengan sobre la marcha de la economía y su bienestar son fundamentales a la hora de reducir los gastos.
De hecho los datos del cuatro trimestre de 2006 señalaron que en estos meses las familias ahorraron un 16,2 por ciento de su renta disponible, casi dos puntos más que en el mismo periodo de 2005.
Sin embargo muchas pueden ser las causas de esta moderación: desde un repunte del ahorro preventivo, como señaló a Efe el director del servicio de estudios del Instituto de Estudios Económicos (IEE), Gregorio Izquierdo, hasta el hecho de que, tradicionalmente, este trimestre es bueno para el ahorro porque los trabajadores reciben una paga más.
La subida de los tipos de interés, según todos los consultados, sería un aliciente para este ahorro con un doble filo: por un lado, sería perjudicial para el consumo, ya que las familias tendrían que destinar más dinero a la financiación de sus hipotecas y se endeudarían más.
Pero por otro lado, una política monetaria más restrictiva (con tipos de interés más altos) favorecería que los hogares optasen por ahorrar más, ya que los intereses recibidos por sus operaciones financieras serían mayores. EFECOM
piti/pam