París, 24 may (EFECOM).- El ex ministro mexicano José Angel Gurría recibió hoy los poderes como secretario general de una Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) cada vez más orientada a las relaciones con los países no miembros a causa de la presión de la globalización.
Una de las mejores muestras de esa orientación es la fijación por el propio Gurría de la lucha contra las desigualdades económicas y la pobreza como prioridades del que se conoce como el "Club de los países desarrollados", en el acto formal del traspaso de poderes al término del Consejo ministerial anual de la OCDE.
Tras el balance del secretario general saliente, el canadiense Donald Johnston, y del primer ministro griego, Costas Caramanlis, cuyo país ejerció este año la presidencia del Consejo, el político mexicano defendió la pertinencia de esas prioridades "tanto por razones éticas y morales como por las puramente económicas".
"La pobreza es la más grande amenaza sistémica" y la OCDE puede aprovechar su experiencia de estrecha cooperación y tener "un impacto significativo" en puntos como el acceso al agua para los más pobres, con lo que se avanzará en los Objetivos del Milenio.
Gurría, que estuvo acompañado en la primera parte de la ceremonia por el ministro mexicano de Hacienda, Francisco Gil Díaz, no inicia formalmente su mandato de cinco años hasta el próximo 1 de junio, pero en la práctica estará al frente desde la semana próxima, ya que Johnston se toma unos días de vacaciones antes de mudarse de París.
Otra muestra de la influencia cada vez mayor de la globalización en la OCDE fue la presencia de 14 países no miembros en la reunión ministerial de este año, y la del director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lamy, sobre todo para participar en los debates sobre la marcha de la maltrecha Ronda de Doha para la liberalización comercial.
Los ministros reiteraron la importancia de cumplir con los plazos y concluir este año la Ronda de Doha porque eso "estimularía considerablemente la actividad económica, en particular en los países en desarrollo, y reforzaría la credibilidad del sistema multilateral", según la declaración final de la presidencia griega.
Para ello, los países de la OCDE se comprometieron a "buscar soluciones en las próximas semanas que solucionen de forma equilibrada todos los temas de negociación, ya sea la agricultura, el acceso a los mercados para los productos no agrícolas o los servicios".
Gurría advirtió de que, si fracasan las negociaciones comerciales, "corremos el riesgo de perder la oportunidad de abrir más nuestros mercados y aprovechar los beneficios del comercio" e incluso de que se reaviven las "presiones proteccionistas".
El Consejo de la OCDE tomó una decisión de principio en favor de la ampliación de la institución y abrió un periodo de un año durante el que se llevarán a cabo dos reflexiones en paralelo, una sobre las implicaciones financieras de la incorporación de nuevos Estados y otra sobre a quiénes hay que abrir las puertas.
Algunos miembros quieren que se dé prioridad a los países de la Unión Europea (UE) que todavía no forman parte de la organización, pero otros consideran que para aportar diversidad y ajustar el peso de las distintas regiones del mundo con los nuevos equilibrios globales se debe dar entrada a otros candidatos, entre los que aparecen repetidamente en las quinielas nombres como Chile, Rusia, Brasil e incluso China.
Por otro lado, los participantes en el Consejo coincidieron al examinar las perspectivas económicas en que la expansión económica va a continuar, aunque con divergencias que persisten entre los países miembros de la OCDE, lo que plantea un desafío a largo plazo, y que deberían corregirse con reformas estructurales.
Aludieron también a los riesgos de una desaceleración de la demanda por el aumento de los tipos de interés y al incremento de los desajustes financieros internacionales, en alusión sobre todo al déficit por cuenta corriente. EFECOM
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