
Marilyn Verenize es una ecuatoriana de 23 años alistada a las Fuerzas Armadas. Como una gran parte de los extranjeros que integran el Ejército español, quiso incorporarse al mundo militar para vivir nuevas experiencias y tener un empleo seguro.
En la actualidad, 5.802 extranjeros forman parte de las Fuerzas Armadas, la mayor parte de ellos procedentes de Colombia y Ecuador. Una cifra que representa el 6,56 por ciento del total de tropa y marinería profesional, según los últimos datos del Ministerio de Defensa.
No obstante, se observa una tendencia descendente en el número de militares extranjeros alistados.
Así, el año pasado, según se desprende de los datos de Defensa, se tocó techo, con un total de 6.205 soldados y marineros extranjeros, es decir 403 más que en la actualidad.
Un empleo seguro
Fue en julio de 2002 cuando el Ejército español decidió abrir sus puertas a los extranjeros, aunque sólo admite en sus filas a nacionales de países hispanoamericanos y de Guinea Ecuatorial en la condición de militares profesionales de tropa y marinería.
Esto motivó a jóvenes inmigrantes a buscar en las Fuerzas Armadas un trabajo seguro, aunque no sólo eso.
"Probar una experiencia nueva" llevó a la ecuatoriana Marilyn Verenize a alistarse en 2006 a las Fuerzas Armadas, tal y como ha explicado a Efe. Actualmente pertenece al Batallón del Cuartel General de la Brigada Paracaidista (BRIPAC).
Verenize, que lleva seis años en España, afirma que no se ha sentido discriminada por su condición de extranjera y que recomendaría a sus amigos o amigas que siguieran sus pasos porque es "un trabajo seguro y tiene muchas ventajas".
En la misma línea se pronuncia su compañero en la BRIPAC, César Augusto Vasquez, colombiano de 21 años, quien asegura que ingresó en el Ejército porque "me hacía ilusión desde pequeño". "Era la idea de hacer cosas nuevas, que una persona civil no puede hacer o es muy costoso".
"Nunca" ha sentido conflictos por ser extranjero, dice Vasquez después de una estancia de diez años en España.
Jorge Luis Cid, colombiano destinado en el Cuartel General de la Flota en la Base Naval de Rota, ingresó en la Armada porque tiene familia militar y, al igual que sus compañeros, en ningún momento se ha sentido discriminado y también aconsejaría a sus amigos seguir sus pasos.
Edward Villamizar, también de origen colombiano y destinado en la la misma base que Cid, se alistó porque le gusta "lo militar, por una estabilidad laboral y para poder conocer mundo"
"Salvo en algunos momentos y situaciones, en general no he sentido discriminación", resalta este militar de la Armada.
Ir a las misiones, "máxima aspiración"
Probablemente, participar en las misiones internacionales de Defensa sea "la máxima aspiración para un militar", opina Marilyn Verenize.
Una afirmación que comparte el colombiano Vasquez, que apenas lleva dos años en el Ejército y entrena diariamente y es instruido para formar parte de una misión en el exterior. A él le gustaría ir al Líbano, confiesa.
Cid, en cambio, prefiere una misión que él considera humanitaria y, por ello, elige Haití como posible destino si se le diera la oportunidad.
Para Villamizar, acudir a misiones internacionales no siempre es la máxima aspiración, aunque reconoce que él iría "donde me manden pero con unas buenas condiciones".
Son conscientes, en cualquier caso, del riesgo que entrañan algunas de esas operaciones en el exterior. De hecho, de los 156 militares españoles que han perdido la vida en esas misiones, ocho eran latinoamericanos alistados en el Ejército: cinco colombianos, dos ecuatorianos y un peruano.
La muerte sorprendió a cuatro de ellos en Afganistán -el último fallecido en ese país fue el colombiano John Felipe Romero, quien murió el pasado 1 de febrero- y a otros cuatro en el Líbano.
Por tierra, mar y aire
Del total de los 5.802 soldados extranjeros actuales, 969 son mujeres, es decir, el 16 por ciento. Una presencia que repite la proporción de féminas en el total de la plantilla de los tres ejércitos.
Es el de Tierra el que acoge a la mayoría de los extranjeros, con 4.372 soldados, de los que 3.707 son hombres y 665 son mujeres.
Mientras, en el Ejército del Aire se han alistado 280 latinoamericanos y guineanos (236 hombres y 44 mujeres) y en la Armada 1.150 (890 hombres y 260 mujeres), según datos de 1 de febrero facilitados a Efe por el departamento que dirige Carme Chacón.
Cuando en 2002 Defensa decidió abrir el Ejército a los extranjeros ante el aumento de inmigrantes en España, fijó en el 2 por ciento el cupo de acceso de este colectivo y determinó que fueran ciudadanos procedentes de países con los que España mantiene "especiales y tradicionales vínculos históricos, culturales y lingüísticos".
En el año 2004, el Ministerio amplió tanto las especialidades como las unidades de destino, y extendió el acceso a todas las unidades y especialidades del Ejército de Tierra y a las principales del Aire y de la Armada.
Para "facilitar" la "presencia e integración" de los extranjeros en las Fuerzas Armadas, también se decidió en 2007 aumentar el cupo del 7 al 9 por ciento.
De este modo, el número de extranjeros ha ido ascendiendo cada año y se ha pasado de los 276 efectivos en 2003, que representaban apenas el 0,38 por ciento de la plantilla, hasta los actuales 5.802 (el 6,56 por ciento).
Pueden acceder al Ejército los ciudadanos de Guinea Ecuatorial y de 18 países de América Latina (Argentina, Bolivia, Costa Rica, Colombia, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela).
Los aspirantes deben tener el permiso de residencia temporal o permanente o, en su defecto el derecho reconocido que regula el acceso de extranjeros a la condición de militar profesional.
Además, deberán ser mayores de edad en la fecha de incorporación y carecer de antecedentes penales en España o en sus países de origen.
Requisitos que cumplían Marilyn, César Augusto, Jorge Luis y Edward, totalmente integrados ya en el Ejército y satisfechos por una nueva experiencia que, de momento, siguen saboreando.