
Atenas, 5 mar (EFE).- Varios incidentes violentos se produjeron hoy en Atenas cuando miles de trabajadores protestaban contra el plan de austeridad del Gobierno de Grecia, donde la huelga convocada por los principales sindicatos casi ha paralizado la actividad del país.
Según fuentes sindicales, un grupo de unos 300 radicales armados con piedras y maderas arremetieron contra miembros del partido parlamentario Coalición de Izquierda (Syriza) para evitar que desplegaran una pancarta en el monumento al soldado desconocido, frente al Parlamento.
El incidente ocurrió cuando la manifestación se acercaba al Parlamento para protestar contra las nuevas medidas de austeridad del Gobierno griego, que pretenden el ahorro de 4.800 millones de euros.
Previamente, otros radicales golpearon al presidente de la Confederación General de Trabajadores de Grecia (Gsee), Gianis Panagópulos, cuando se dirigía a los manifestantes desde el estrado montado en las proximidades del Parlamento.
Panagópulos fue trasladado a la clínica del Parlamento para ser atendido.
Con anterioridad, unas 10.000 personas participaron en otra manifestación convocada por el sindicato Pame, afiliado al Partido Comunista, que se desarrolló en calma ante el Parlamento, donde se exhibieron pancartas que llamaban a "responder con guerra a la guerra de la plutocracia".
En el Parlamento los diputados celebran una sesión para votar por el proyecto de ley que pone en marcha las nuevas medidas de recortes salariales y aumentos impositivos.
Los servicios públicos se han paralizado desde las 10.00 GMT, al tiempo que cientos de vuelos fueron interrumpidos o cancelados por la participación en un paro de cuatro horas (10.00-14.00 GMT) de los controladores aéreos.
El transporte público está detenido durante toda la jornada.
Según los sindicatos, los docentes, los médicos de los hospitales públicos y los trabajadores en los puertos también se ausentaron de sus labores.
Los sindicatos mayoritarios anunciaron hoy una huelga general para el próximo día 11, también contra las medidas anunciadas el viernes por el primer ministro, el socialista Yorgos Papandréu.
La estrategia de reajuste fiscal tiene el fin de reducir este año el déficit del 12,7% al 8,7% del Producto Interior Bruto (PIB).
Un sondeo de la compañía demoscópica Public Issue publicado hoy por el canal Skai, revela que el 76% de los funcionarios del sector privado están en contra de las nuevas medidas, como también lo están el 68% de los jubilados.
El 82% de los encuestados está a favor de impuestos sobre los productos de lujo y el 68% contra el aumento impositivo en las bebidas y el tabaco.
El 62% teme que la situación de crisis y el doloroso plan de ahorro desate una explosión social, aunque el 78% está convencido de que el Ejecutivo avanzará con la plena implementación de su plan.
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