Teresa Bouza
Washington, 6 abr (EFECOM).- El mercado laboral estadounidense continúa robusto a pesar del enfriamiento económico, al crear 180.000 nuevos puestos de trabajo en marzo, lo que deja la tasa de desempleo del país en el 4,4 por ciento, un dato que superó todas las expectativas.
"La cifra de marzo superó considerablemente la proyección del consenso de analistas (que adelantaban) 135.000 nuevos puestos de trabajo", destacó Peter Morici, profesor de Economía en la Universidad de Maryland en un comunicado.
Se trata del mejor registro desde octubre pasado, cuando la cifra fue también del 4,4 por ciento, y del nivel más bajo desde mayo de 2001, cuando el desempleo estaba en el 4,3 por ciento.
La nueva entrega estadística del Departamento de Trabajo llega, por lo demás, en momentos en los que la primera economía mundial muestra señales de fatiga tras seis años consecutivos de expansión.
El menor empuje de la locomotora estadounidense obedece, en parte, a la debilidad del sector inmobiliario que lleva más de un año de capa caída.
El estancamiento de los precios de la vivienda ha causado un aumento drástico en la ejecución de hipotecas de personas con mal historial crediticio, incapaces de hacer frente a sus pagos.
El temor entre analistas e inversores es que esos problemas se extiendan desde las empresas con carteras de hipotecas de riesgo a otras instituciones financieras y causen una reducción del crédito que afecte a la economía en general.
El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, alejó recientemente esa posibilidad y los datos divulgados hoy parecen darle la razón al mostrar que los empresarios no tienen miedo a ampliar sus plantillas.
"La mayoría de los aspectos de este informe laboral implican cosas buenas para la economía", aseguró Ken Mayland, presidente de la consultora ClearView Economics en un comunicado.
Mayland destacó que los datos reflejan no sólo la creación de empleos, sino también una mayor remuneración salarial.
El incierto futuro de la economía estadounidense es una de las amenazas para la salud financiera global y ha contribuido a la exacerbada volatilidad que han registrado este año los mercados, según los expertos.
La principal incógnita es si el aterrizaje de EEUU será suave o, si, por el contrario, el país se adentrará en una recesión que a su vez frene la expansión del resto del planeta.
El consenso de analistas otorga más probabilidad al primero de los escenarios, por el que también apuestan los gurús de la Reserva Federal estadounidense.
Sin ir más lejos, Bernanke descartó recientemente la posibilidad de una recesión, aunque su predecesor en el cargo, el mítico Alan Greenspan, cree que hay algo más de un 30 por ciento de posibilidades de que EEUU entre en recesión este año.
Expertos como Morici insisten, por el contrario, en que los sólidos datos laborales de hoy muestran que continúa la expansión.
"El pronóstico para el Producto Interior Bruto (PIB) del primer trimestre, que según los analistas se situará en el 2,3 por ciento, y los números de empleo de hoy son consistentes" con esa afirmación, explicó el académico.
El informe hecho público hoy muestra que EEUU creó trabajos en la mayoría de sectores, con la excepción del manufacturero, que recortó 16.000 empleos en marzo, el noveno mes consecutivo de reducciones laborales.
En el lado opuesto de la balanza se situaron las compañías de construcción que volvieron a contratar tras el parálisis de actividad durante la fría temporada invernal. En total el sector creó 56.000 empleos.
Los sectores de salud, educación, ocio y ventas al por menor también crearon puestos de trabajo.
La Casa Blanca celebró los datos y recordó que EEUU ha generado 7,8 millones de trabajos desde agosto del 2003.
El triunfalista discurso oficial no ha conseguido alterar la percepción ciudadana sobre la gestión económica del Gobierno, que desaprueba el 60 por ciento de los estadounidenses. EFECOM
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