Economía

Las cuentas oscuras de las cofradías: los donativos sostienen los números

Fue una gran sorpresa para todos los hermanos mayores de las 36 cofradías y hermandades jerezanas: el empresario José María Ruiz-Mateos anunció el sábado su intención de donar a cada una 6.000 euros, montante que también destinará a la Real Hermandad del Rocío, que este año celebra además su 75º aniversario fundacional.

Juan Manuel Corchado, vicepresidente de la Fundación Teresa Rivero, cuenta que se trata de algo inédito, "es la primera vez que se da una donación de tal magnitud, sin hacer distinción alguna". Vistas las necesidades de todas, añade el empresario, "hombre de fe y cristiano comprometido", también decidió que el cobro será el 27 de junio, festividad de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, "patrona de Rumasa". Algo que "permitirá a muchas cofradías respirar más tranquilas ante los gastos", declararon desde la asociación que las agrupa.

Y es que las cuentas de explotación de una hermandad o cofradía son complejas de conocer y difíciles de cuadrar: montaje de palcos, carrera oficial, mantenimiento del patrimonio, costes de la casa hermandad... El año se convierte en una carrera de fondo para que todo esté listo en Semana Santa y el elemento vector del sistema es la donación.

"Todo lo que se da de donativos es poco", confiesa Juan Antonio Muriel, hermano mayor de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús y María Santísima del Amparo, más conocida como la Pollinica. A ellos, la salida de sus dos tronos les supone entre 15.000 y 18.000 euros.

Todo va sumando picos: "Las flores este año nos han costado el doble que el anterior, unos 6.000 euros. No sé por qué han subido tanto, debe ser la sequía", cuenta Muriel. A esto se suma "la cera", es decir, todas las velas, las bandas de música, las túnicas de los nazarenos, los estandartes... Hasta por salir llevando un trono, cada hermano debe pagar un dinero.

Siglos de existencia

Estas instituciones están presentes en nuestro país desde tiempos inmemoriales. Se calcula que pueden existir unas 10.000 hermandades o cofradías con un número medio aproximado de 200 hermanos cada una. Aunque sólo en Sevilla, las Hermandades del Gran Poder y Macarena llegan a superar los 25.000 hermanos. En Toledo, la Cofradía de la Virgen de la Concha supera los 5.000, y la del Dulce Nombre de León cuenta con unos 7.000.

La más antigua de Málaga, por ejemplo, estaba ayer de aniversario, la del Cristo de la Salud que cumplía 500 años. Pero la historia de muchas se pierde en la Edad Media. La propia denominación cofradía entronca con el término latino confraternitas, es decir, hermandad. De los siglos VII al XV empiezan a tener entidad propia, siendo buena parte de su razón de ser la beneficencia y la caridad, la atención de enfermos e impedidos, ligadas a conventos, órdenes religiosas y hospitales.

Un sustrato que no se ha perdido del todo. Felipe Reina, delegado episcopal para Málaga y provincia de hermandades y cofradías, las llama "ONG más antiguas del mundo" y se refiere a la "extraordinaria labor social que desempeñan". Tienen un gran carácter familiar y la condición de cofrade se hereda.

De hecho, una primera vía de financiación viene de la mano de estos socios, que pagan una cuota que puede ser mensual o anual. Muriel señala que no suele ser muy elevada. En el caso de la Pollinica, es de 18 euros al año. Sin embargo, aquí se empieza en entrar en la compleja y oscura casuística que rodea a cada una de estas organizaciones: hay cuotas extraordinarias, donaciones puntuales más elevadas... No hay demasiadas reglas al respecto.

Sin duda, es muy importante la aportación de los mecenas: empresas y particulares que dan aliento económico, en la medida que su fervor o posibles lo permitan. Además, las opciones son infinitas: también se dan joyas o simplemente no se cobran algunos servicios. "Las cofradías son muy creativas a la hora de recaudar dinero", dice Reina. Desde fiestas hasta participaciones de lotería, pasando por el alquiler de sillas y balcones y la no menos importante venta de merchandising. Tampo hay que olvidar la generosa aportación de ayuntamientos y otras instituciones públicas.

La Pollinica está hermanada con el club de baloncesto Unicaja y todos los años organizan el trofeo que lleva su nombre. Todo lo recaudado, descontados los gastos de organización, es para la cofradía.

Un palio puede llegar a costar más de 1 millón

Y es que cada euro vale su peso en oro. Es difícil recabar el listado de precios que acompaña al elenco de elementos que lucen en las calles estos días. Pocos sueltan prenda: "El valor de un manto que tarda 15 años en elaborarse a mano es incalculable", dice Reina. En el taller de bordados Francisco José Perales, que despacha en toda España, además de en Perú e Italia, entre otros países, dan algunas cifras orientativas. "Un paso de palio completo, con el manto, el faldón, el estandarte... puede alcanzar 1.200.000 euros", cuenta el propio Perales.

Y es que sólo en detalles de orfebrería y candelería se llega a los 90.000 euros. Se puede ajustar el presupuesto, claro, pero "un trabajo decente" no baja de los 300.000 euros. Un manto hecho a mano, por ejemplo, cuesta de 60.000 a 180.000 euros. Se trata de piezas únicas, "cuya elaboración es más costosa que los propios materiales", explica.

Una talla cuesta unos 30.000 euros. Algo testimonial frente al ingente gasto que supone mantener y restaurar algunas de las que se han conservado desde hace siglos y para lo que se cuenta con algo de aportación por parte del Ministerio de Cultura. No es de extrañar que, desde un punto de vista mucho más pragmático que devocional, las cofradías teman la poca agradecida lluvia, en estos casos.

La Pollinica salió el pasado domingo de Ramos. Hubo suerte: justo cuando terminó su recorrido y se guardaban los tronos, empezó a llover. "Es lo que más temo, prefiero no salir a que después de todo el esfuerzo, se estropee el patrimonio", confiesa Muriel.

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