
Está a punto de cumplir su segundo año al frente de la Secretaría de Estado de Comercio. Un período en el que ha tenido que enfrentarse a la mayor crisis del comercio mundial en la historia reciente y con unos recortes presupuestarios que la están obligando a hacer "milagros" para poder atender a las necesidades y demandas de nuestras empresas en el exterior.
La recuperación del sector exterior es casi la única noticia positiva que se apunta en el horizonte de la economía española en 2010, ¿qué estimaciones tiene la secretaria de Estado?
La caída interanual de las exportaciones parece haber tocado fondo desde el segundo trimestre de 2009. Desde entonces se está registrando una recuperación, lo que se ha reflejado en un aumento intertrimestral de la exportación en el segundo y tercer trimestre de 2009 respecto al trimestre anterior, del 4 y del 3 por ciento, respectivamente. Los últimos datos disponibles, referidos a noviembre, confirman esta tendencia al alza, explicada en buena parte por la positiva evolución de las ventas a la UE. Para 2010, se espera un crecimiento de las exportaciones del 5 por ciento.
Pero esa mejoría obedece a la recuperación de Francia y Alemania. Este hecho ¿no aconseja reorientar temporalmente las prioridades de nuestra política de internacionalización hacia los mercados tradicionales?
Las principales economías desarrolladas están recuperando lentamente la senda de crecimiento, pero son los países emergentes de Asia los que están liderando el repunte en la actividad global. Las últimas previsiones del FMI señalan para 2010 un aumento del PIB del 2,1 por ciento en las economías desarrolladas, y del 6 por ciento en las emergentes. Estos datos confirman que los mercados emergentes elegidos como prioritarios por la Secretaría de Estado de Comercio seguirán ofreciendo mayores oportunidades de comercio e inversión que los mercados tradicionales, de modo que es adecuado mantener la política de diversificación de exportaciones hacia estos mercados. Ello no supone el abandono de las actuaciones de apoyo en los mercados desarrollados.
Sin embargo, desde las organizaciones empresariales se está pidiendo insistentemente aumentar la participación de las empresas en el diseño de las políticas de promoción...
Esta Secretaría de Estado siempre ha contado con la participación activa de las empresas en las políticas de promoción exterior. El ejemplo más claro es la forma de trabajo del ICEX, donde las empresas están representadas en su consejo de administración a través de las principales asociaciones exportadoras, y son copartícipes en el diseño de los planes sectoriales de promoción. Por otro lado, las empresas disponen de canales, siempre abiertos, de interlocución con todos los departamentos de la Secretaría de Estado de Comercio. Es difícil encontrar actuaciones de esta Secreta- ría de Estado en las que no haya una participación activa de las empresas.
Hablando del Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD), ¿tiene sentido el trato discriminatorio que sufren en los Presupuestos las políticas de internacionalización en beneficio de la cooperación?
Es cierto que la cooperación ha adquirido una importancia creciente en los últimos años. Ahora bien, hasta la fecha las políticas de internacionalización han conseguido mantener unos niveles presupuestarios importantes. Es el caso del FAD para la Internacionalización, que dispone anualmente de un techo de aprobaciones de 500 millones de euros. Otros instrumentos han visto reforzada su capacidad de apoyar operaciones. Por ejemplo, el Fondo para Inversiones en el Exterior -FIEX- ha incrementado en cerca de un 40 por ciento su capacidad de apoyo a operaciones de inversión en el exterior. En el caso de Cesce, ha visto duplicado su techo para dar cobertura a las operaciones de crédito a la exportación, desde los 4.500 millones hasta los 9.000 millones de euros.
Y, ¿es lógico seguir haciendo cooperación de espaldas y en contra de las empresas?
Empresa y cooperación son complementarias y es conveniente animar a una más decidida incorporación de la empresa española como agente de desarrollo en los programas de promoción del tejido económico y empresarial en los países receptores de la ayuda. La Secretaría de Estado de Comercio seguirá trabajando en buscar las fórmulas de colaboración más idóneas con los responsables de la Cooperación que permitan sacar el máximo provecho de las alianzas público-privadas para el desarrollo.
Los datos de 2009 muestran un fuerte caída de las inversiones extranjeras en España. ¿Están perdiendo los inversores la confianza en nuestro país?
Los flujos de IED a nivel mundial se han visto directamente afectados por la actual crisis económica, contrayéndose cerca de un 40 por ciento en 2009. España no ha sido ajena a esta evolución, y lógicamente se ha visto afectada negativamente por la retirada de los capitales mundiales. Conforme las economías se vayan recuperando de la crisis, se asistirá a un regreso de los capitales de inversión a los circuitos internacionales, y España participará en esos movimientos, tanto en condición de emisor como de receptor de inversiones exteriores.