
Los empresarios alemanes se muestran optimistas respecto a la evolución de sus negocios a pesar de la subida del IVA aplicada en enero y la desaceleración de la economía de Estados Unidos, dos de los factores, que podrían limitar sus ganancias. De esta forma, refuerzan las últimas revisiones al laza del crecimiento del país.
El índice de confianza empresarial elaborado por el instituto muniqués Ifo, así lo refleja en su medición de marzo, cuando subió hasta los 107,7 puntos desde los 107 del mes anterior. El dato supera las previsiones de los analistas, que esperaban que el indicador descendiera hasta los 106,5 enteros. Además, se mantiene cercano a los 108,7 puntos de diciembre, récord desde la unificación de Alemania en 1991.
El índice que sondea la percepción sobre la situación actual subió a 112,4 enteros, frente a 111,6 de febrero, y el que mide las expectativas de futuro alcanzó los 103,2 puntos tras los 102,3 de febrero, por encima también de las previsiones.
El Ifo considera que la economía alemana se mantiene "fuerte y robusta". El instituto de investigaciones económicas reiteró el jueves pasado su proyección de que la economía del país crecerá un 1,9% en el 2007, aunque agregó que podría elevarla ligeramente cuando presente sus revisiones en abril.
Varios institutos de análisis económico de Alemania han rectificado recientemente sus proyecciones de crecimiento para este año y el próximo al observar un crecimiento más fuerte de lo esperado de la mayor economía de Europa. El IfW, por ejemplo, lo sitúa en el 2,8% para este año, que sería el ritmo más alto desde 2000, superando el 2,7% de 2006.
El ministro de Finanzas germano, Peer Steinbrueck, también ha reconocido que "hay un alta probabilidad de que podamos registrar un mayor nivel económico para este año", por lo que el Gobierno podría aumentar sus previsiones de crecimiento para 2007. El actual pronóstico es de un incremento del Producto Interior Bruto (PIB) del 1,75%. "El panorama es muy bueno", agregó Steinbrueck.
La producción alemana se está manteniendo fuerte y la demanda interna sigue una línea ascendente gracias a la mejorada del mercado laboral. A lo que hay que sumar el buen comportamiento de las exportaciones.
La primera economía de la zona euro conserva un buen tono, por el momento, y está superando con éxito algunos de los problemas que se le plantean en el camino. A la ya prácticamente olvidada subida del IVA en enero, se ha unido la desaceleración de la econmía estadounidense, uno de los principales mercados para sus exportaciones, y la apreciación del euro frente al dólar, que encarece sus productos y los hace menos competitivos en el exterior.