Economía

La extraña fórmula de esta crisis: el alza del PIB no baja la tasa de paro

Cuando el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tomó posesión de la Casa Blanca en una gélida mañana en Washington, su radiografía de la economía del país era deprimente. "Se han eliminado empleos, perdido casas y cerrado múltiples negocios", aseguró. Un año y 787.000 millones de dólares más tarde, el anémico crecimiento del PIB no consigue sanar la herida que desangra su mercado laboral.

Esta situación preocupa a los más optimistas y abre un nuevo capítulo en la historia económica de EEUU. De hecho, el pasado miércoles en el debate sobre el estado de la Unión, Obama insistió en que su objetivo "número uno" en 2010 será la creación de empleo. Sus intenciones son bienvenidas entre los economistas pero, aún así, defienden que tendrá más efecto político que impacto sobre la tasa de paro.

La economía se recupera

A día de hoy, el consenso es casi unánime: el país continuará la senda del crecimiento, pero son muchos los que dudan de que el mercado laboral mejore paralelamente a como lo hace el PIB.

"El crecimiento será sostenible y no sufrirá una W", asegura Stuart Hoffman, director del comité de la Asociación de Banqueros Americanos (ABA). "Mientras cualquier avance es bienvenido, es cierto que la recuperación será a fuego lento, muy por debajo de la expansión del 6 ó 7% a la que estamos acostumbrados", añade.

Desde ABA apuntan a que la primera economía mundial crecerá a un ritmo del 3,1% en 2010; mientras que Peter Cardillo, economista jefe de Avalon Partners, apuesta por un 3%. Otras previsiones indican que la expansión será a un ritmo del 2,5%. Sin embargo, la tasa de paro sigue estancada en el 10%.

Pero, ¿y el empleo?

Entonces, si la economía crece, ¿por qué no lo hace el empleo? Josh Bivens, miembro del Instituto de Política Económica indica que, de momento, "la inversión privada en EEUU no puede sostener el crecimiento económico por sí solo", por lo que los estímulos y ayudas de la Administración deben seguir vigentes. Por su parte, Bruce Kasman, economista jefe de JP Morgan, sugirió que "el Gobierno no puede tomar medidas demasiado extremas como imponer nuevos impuestos al corporate". "Tenemos muchos incentivos pendientes para potenciar el mercado laboral, pero no creo que dichas soluciones tengan un efecto inmediato", apostilló.

La mayor patronal de EEUU, la Cámara de Comercio, tiene una respuesta clara. Su presidente, John Donohue, no pestañea al afirmar en la cadena PBS que para crear y mantener empleos "hay que eliminar las incertidumbres". Entre estas dudas apunta a subidas de impuestos o al coste de la reforma sanitaria.

Richard Trumka, presidente del sindicato AFL CIO, achaca la falta de creación de nuevos empleos a la lentitud adoptada de Washington. "Cuando se refiere al sector laboral, muchos se lo toman con calma y sólo llevan a cabo decisiones a medias", reconoció. Peter Morici, economista de la Universidad de Maryland, dijo a Político que Obama está intentando "adaptar su política microeconómica para crear una solución macroeconómica, y esa solución es muy frágil". Por su parte, Gus Faucher, de Moody´s Economy.com, defiende que "lo único que garantiza la creación de empleo es un crecimiento sólido del PIB".

En su intento por volver a unir crecimiento y creación de empleo, al discurso de Obama se sumó ayer el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, que aseguró que la Cámara Alta dará a conocer la semana que viene su propuesta para estimular el mercado laboral de EEUU.

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