Economía

China es ya 'extraoficialmente' la segunda economía mundial

China acelera para asaltar la hegemonía económica mundial. Acaba de devorar a su penúltima presa, Japón, para asentarse como segunda economía del planeta y desbancar a su histórico enemigo de la posición de privilegio que, tras Estados Unidos, ha disfrutado durante los últimos 40 años.

Para ello han tenido que concurrir en 2009 dos factores. Por un lado, que una China poderosa y confiada en sus propias fuerzas creciera, según anunció ayer el Buró Nacional de Estadísticas, un deslumbrante 8,7% en el ejercicio con la peor coyuntura que se recuerda.

Por otro, que la economía de un Japón decadente e inmerso en una crisis total se contrajera, según las previsiones del Banco Mundial publicadas ayer, un 5,4%.

Por tanto, a falta del dato oficial japonés que Tokio hará público el próximo mes, ello arroja una certeza incontestable: que el PIB chino, que cerró el pasado ejercicio en 4,9 billones de dólares, es ya más grande que el nipón, que quedaría en 4,6 billones de dólares. "Probablemente la economía china ya ha superado a la japonesa. Y si no lo ha hecho ya, lo hará este mismo año", confirmó ayer Brian Jackson, analista de Royal Bank de Canadá en Hong Kong.

EEUU, próximo objetivo

Por el contrario, la economía estadounidense, que pese a la crisis sigue triplicando a la china , parece todavía inalcanzable para el gigante asiático. Aunque quizás no por mucho tiempo. PriceWaterhouseCoopers prevé un "cambio sísmico" en la economía global que llevará al gigante asiático a arrebatar a EEUU el liderazgo económico mundial tan pronto como en el año 2020. No es el único. Un informe de Goldman Sachs del pasado mes de noviembre puso también fecha para el eclipse: 2027, nada menos que 14 años antes de lo que previó en un informe similar en 2003.

Robert Fogel, premio Nobel de Economía en 1993, fue aún más lejos en el último número de Foreign Policy al asegurar que, según sus cálculos, el PIB de la hoy fábrica del mundo alcanzará la estratosférica cifra de 123 billones de dólares en 2040, tres veces el PIB mundial del año 2000. O lo que es lo mismo: según Fogel, China aglutinará dentro de 30 años el 40% de la producción de bienes y servicios del planeta, frente al 14% de EEUU y el 5% de la Unión Europea.

Más de uno discreparía acerca de los criterios del citado Nobel para medir el potencial del país asiático. Sin embargo, lo que también es indudable es que China no sólo ha capeado el temporal mejor que ningún otro país del mundo, sino que además ha salido fortalecida de la crisis. En el cuarto trimestre del pasado ejercicio, de hecho, su economía se disparó un 10,7%, según los datos hechos públicos ayer por el citado buró estadístico.

Semejante poderío, sin duda, se debe al viento de cola del millonario paquete de estímulo -dotado con 585.000 millones de dólares, esto es, de 415.000 millones de euros- lanzado por Pekín al ver la magnitud de la crisis que se avecinaba.

Barrera de riesgo social

El Gobierno reaccionó antes que nadie y de la manera más contundente que pudo con el objetivo de crecer por encima del 8%, su frontera de riesgo social. Dos trimestres después, recogieron los frutos: con el bombeo, el PIB volvió a recuperar vigor por obra y gracia de la inversión, erigida en motor del crecimiento mientras las exportaciones estuvieron congeladas. Sin embargo, esa solución que ha servido para mantener viva a su economía a corto plazo, no es ni mucho menos una receta óptima para el futuro.

Sobre todo, porque implica riesgos. "Ha ocasionado riesgos futuros. El crecimiento debería depender más de la mejora tecnológica, pero ahora obedece a una inversión brutal. La reforma de nuestra estructura de crecimiento es un problema muy grande al que nos enfrentamos", declaró ayer a este diario Yu Jianguo, economista de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma. A ello hay que sumar la barra libre de crédito concedida por los bancos estatales chinos para evitar el estrangulamiento de la economía en plena crisis.

Atentos a dos males

Con 1,2 billones de dólares concedidos en préstamos, más del doble de lo previsto para todo el año, la economía china se enfrenta a dos peligros más o menos inminentes: el estallido de la burbuja inmobiliaria y bursátil que infló el exceso de crédito; y un más que probable incremento del porcentaje de créditos fallidos de los bancos.

Incluso si -como ha demostrado en las actuales turbulencias- logra superar todos los obstáculos, China no tendrá por delante un camino fácil hacia la hegemonía económica mundial. "Su crecimiento es enorme pero lo preocupante es la calidad del mismo: ¿qué pasará cuando el estímulo se acabe? Está claro que si se acaba la inversión, habrá un fuerte impacto en el crecimiento", sentenció ayer un economista de Pekín.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky