El presidente de Estados Unidos se enfrenta a uno de sus retos más complicados. Con las elecciones a la Cámara de Representantes en el horizonte (tendrán lugar el próximo 2 de noviembre) necesita mitigar el desempleo para convencer a los votantes. Hasta ahora, sus políticas sociales han sido dudosas, ya que sólo ha impulsado la reforma sanitaria, y lo ha hecho con demasiadas trabas.
El paro estadounidense se encuentra en unos niveles desconocidos desde mediados de los 80. El 10% de desempleo (cifra del pasado mes de diciembre) es una losa demasiado pesada para el presidente Obama, y lo más preocupante es el hecho de que la Reserva Federal espera que esta cifra no se reduzca a lo largo del presente año.
Obama deberá trabajar para lograr la normalización de estos datos. Si no lo consigue, los próximos comicios a la Cámara Baja pueden ser decepcionantes para los demócratas, que podrían perder unos 27 escaños, según las estimaciones que recoge este domingo el diario El Mundo.
No ha logrado implantar sus medidas
Pero el presidente se encuentra en una complicada encrucijada política. Muchas de las iniciativas que presentó en su programa electoral de 2008 todavía se encuentran en una prematura fase de implantación, otras ni siquiera se prevé que vayan a ver la luz, y las que lo han hecho, como la reforma sanitaria, han tenido demasiadas restricciones, y ni siquiera cuentan con el apoyo de la población (el 51% de los estadounidenses rechazan esta nueva legislación en materia de salud).
Por ello, Obama tendrá que intentar mantener sus ideas iniciales, logrando al mismo tiempo contentar a buena parte de sus votantes. Del éxito o fracaso de esta empresa depende, en gran medida, el resultado electoral del próximo 2 de noviembre. Y sin duda, si se mantiene el 10% del desempleo, las perspectivas no serán buenas para el máximo dirigente de la primera potencia mundial.