Economía

¿La próxima gran crisis? La del mercado de deuda soberana

Nouriel Roubini, profesor de finanzas de la Universidad de Nueva York y gurú de la crisis

En 2009, las rebajas de rating y el escaso interés que despertaron algunas emisiones en países como Reino Unido, Grecia, Irlanda y España fueron un crudo recordatorio de que, si las economías desarrolladas no empiezan a poner orden en sus patios fiscales, las agencias de calificación y los inversores pasarán de ser amigos a férreos enemigos. Es lo que afirma Nouriel Roubini, que vaticina que, si la situación no cambia, los inversores huirán de los mercados de deuda soberana.

Según el último artículo del reputado profesor de la Universidad de Nueva York en Forbes, la severa recesión que están viviendo estos países, combinada con la crisis financiera que asoló los mercados entre 2008 y 2009 "empeoró la posición fiscal de las naciones desarrolladas, por el esfuerzo del gasto en medidas de estímulo y menores ingresos por recaudación de impuestos".

Esto, junto con la débil recuperación económica y el envejecimiento de la población, está aumentando peligrosamente el endeudamiento en naciones como Estados Unidos, Reino Unido, Japón y la mayoría de países de la zona euro.

Consolidación fiscal... o huida de bonistas

"Las naciones desarrolladas necesitarán empezar a consolidarse fiscalmente en 2011 o 2012 como mucho. Pueden generar superavits primarios con una combinación de incrementos graduales de impuestos y recortes de gastos", expone Roubini, aunque se lamenta de que esto probablemente no se hará hasta que los vigilantes de las colocaciones comiencen a alertar de la falta de compradores.

Si en lugar de luchar para dirigir sus pasos hacia esa senda de consolidación los países "continúan con sus políticas fiscales y monetarias expansivas para apoyar el crecimiento, crecerá la preocupación de los inversores y hará que se retiren de mercados que durante mucho tiempo se han considerado refugios seguros", advierte este experto.

Para evitar esta fuga que puede llegar a ser masiva, "los gobiernos deberán ofrecer papel con una mayor rentabilidad, o los inversores se irán hacia los emergentes". Pero esto, unido a unas mayores expectativas de inflación futura "repercutirá de forma negativa en el crecimiento económico". Negro panorama.

España, entre los que más preocupa

El pesimismo general de Roubini se ceba especialmente con algunas naciones. "Reino Unido, Grecia, España e Irlanda se enfrentarán a presiones por el aumento del riesgo soberano si sus desequilibrios fiscales no son abordados de forma inmediata", asegura.

Además, alerta de que "algunos miembros de la eurozona se están acercando rápidamente a los límites de un endeudamiento sostenible, al no contar con la devaluación de divisas como arma para luchar contra esta situación". Por ello, los primeros en sufrir la fuga de bonistas podrían ser los países de esta región, antes que Estados Unidos o Japón.

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