Economía

La leche española hierve con Europa

Tengo una vaca lechera, no es una vaca cualquiera, me da leche merengada... Esta popular canción puede pasar pronto a la historia. El sector lácteo se muere y si nadie lo remedia, las 24.133 explotaciones ganaderas que todavía sobreviven en España pasarán a engrosar pronto la lista de empresas en quiebra.

Desaparecerán como lo han hecho ya otras cien mil en los últimos quince años. Con los precios en origen desplomándose desde principios de 2008, a pesar de que han vuelto a subir algo en las últimas semanas, los ganaderos españoles están sumidos en una crisis sin precedentes, que está llevando a muchos de ellos a la ruina al no poder pagar sus deudas.

La caída de media en los últimos dos años se sitúa en el 40% desde enero del pasado ejercicio a octubre de 2008, el último mes del que hay cifras disponibles, y el precio se sitúa en 0,3 euros por litro.

Alto riesgo

"Las explotaciones españolas se hayan en una situación de alto riesgo de extinción; y ya hemos perdido más del 72% de las mismas", explica José Ramón Arronte, presidente de Prolec, la Federación Española de Empresarios Productores de Leche, que defiende los intereses de los ganaderos. Éstos no tienen ninguna duda de quién es el culpable de lo que está pasando.

En opinión de Arronte, "uno de los problemas más importantes que tenemos es la entrada de leche de países vecinos, como Francia y Portugal, a precios más bajos de los de coste, lo que dificulta la situación del ganadero español, ya que la industria láctea utiliza estos argumentos para rebajar al máximo los precios".

Actualmente, el contrato homologado por la Interprofesional Láctea Española (Inlac) no permite al productor negociar directamente con la industria el precio final, sino que obliga a establecer el mismo siguiendo un mercado de referencia, que normalmente es el francés.

'Dumping'

Y la situación es tan grave que ya hay expertos, como Víctor Manteca Valdelande, miembro del Cuerpo de Técnicos Superiores del Ministerio de Agricultura, que hablan de un dumping predatorio contra el mercado lácteo español.

Aunque, en realidad, esta práctica no es posible en la Unión Europea, al tratarse de un mercado único, Manteca explica que "los precios de la leche procedente de otros países, que se vende envasada en marcas blancas y a granel, están muy por debajo de los costes productivos, lo cual perjudica gravemente al sector lácteo español que se ha visto obligado a bajar sus precios hasta extremos imposibles, que pueden llevarlos a la ruina".

El problema de fondo es que la leche francesa inunda nuestro mercado con excedentes productivos derivados de las negociaciones llevadas a cabo en Bruselas para fijar las cuotas. En Francia sobra leche y en España todo lo contrario.

Mayor competetividad y precios

Carlos Escribano, director general de Asuntos Agrícolas y Ganaderos del Ministerio, se muestra sin embargo optimista e insiste en que "los precios están subiendo ya con fuerza y lo más probable es que lo sigan haciendo, aunque no hasta los niveles de 2008, cuando se produjo una fuerte subida".

Escribano insiste en que desde la Administración se está impulsando la firma de contratos entre los productores y la industria para estabilizar además los precios. Esto, unido a una mayor competitividad por parte de las explotaciones que queden, sería, en su opinión, el camino para solucionar los problemas del sector.

El escollo, en cualquier caso, es que nuestro país es deficitario: frente a unas necesidades de 9 millones de toneladas, produce sólo 5,95 millones de toneladas, según los datos de la campaña 2008-2009, con una cuota media por explotación de 242.000 kilos. La cabaña vacuna es de unas 900.000 cabezas. La producción láctea española supone el 6% de la producción europea.

Síntomas de ligera mejoría

La buena noticia, sin embargo, es que la tormenta empieza a dar síntomas de remitir. Según los últimos datos presentados por la comisaria europea de Agricultura, Marianne Fischer Boel, los precios de la leche subieron el 4,1% en octubre respecto al mes anterior. Y aún así siguen siendo inferiores a los que percibía el ganadero en 2007 y, en el caso español, incluso a los de 2006.

Asimismo, la comisaria ha explicado medidas aprobadas por la UE para tratar de solventar la crisis láctea, como la distribución de un fondo de 300 millones de euros extra para este sector ganadero en 2010 (12,79 millones para España), que se destinarán a los productores con problemas económicos.

Pero esta cantidad, dividida entre el número de explotaciones, da una media de 500 euros, es decir, claramente insuficientes para resolver cualquier tipo de problema.

De acuerdo con los datos de la Comisión Europea, la producción lechera entre enero y septiembre de 2009 fue un 0,12% inferior a la registrada en el mismo período del año anterior. En España, ese descenso fue sin embargo mayor: se situó en el 0,7%. 

Cae el consumo

Los ganaderos miran en una doble dirección a la hora de buscar soluciones. En primer lugar hacia la industria e, inmediatamente después, a la distribución.

A los primeros les reprochan las presiones para que se dejen de recoger las producciones; a los segundos, que utilicen la leche como reclamo para vender otros productos o lotes, llegando, en algunos casos hasta la gratuidad. Los agricultores establecieron con la industria un contrato tipo y hasta ahora se han firmado unos 2.000, pero que afectan sólo a unos 740 millones de litros, una cantidad que se considera poco representativa.

La industria láctea, por su parte, no quiere aparecer como el malo de la película. Es un sector que está en plena transición. Hay aproximadamente 1.500 fabricantes con registro de sanidad, lo que supone unas 600 industrias propiamente dichas. Sólo 80 de ellas procesan el 95% de la leche de vaca.

La facturación anual es de unos 7.800 millones y se da empleo a 27.500 personas, según datos de la Federación Nacional de Industrial Lácteas (Fenil). El consumo de leche envasada en España ha descendido desde el año 2000, en el que se situó en 4.500 millones de litros hasta los 4.140 en 2008.

En términos por habitante y año, el consumo ha bajado de 110 litros en 2001 a 94 litros en 2008. La buena noticia, sin embargo, es que otros segmentos sí que consiguen crecer. El consumo de queso en hogares, por ejemplo, ha pasado de 265 millones de kilos a 290 millones.

Variación de precios

La balanza comercial del sector amplía su deterioro, ya que las importaciones se han multiplicado por 2,5 en el último decenio y hoy significan más del 40% del consumo total en equivalente en leche.

Desde la industria consideran que la volatilidad de los precios observada en los últimos años en Europa se debe a la aproximación progresiva del mercado europeo a los mercados mundiales.

Para Luis Calabozo, director general de la Federación Nacional de Industrias Lácteas, la patronal del sector, la volatilidad de los precios tiene varias causas. Unas son específicas del mercado, como la rigidez de la demanda y los cambios no anticipados en la oferta.

Otras causas tienen que ver con la desregulación imperante en la Unión Europea.

Lo razonable para la industria sería que las importaciones se realicen trayendo leche como materia prima, para transformarla y aportarle valor añadido en España, lo que supone crear empleo y garantizar la compra al ganadero español.

Por el contrario, si se importa vía productos elaborados se pondría en peligro no sólo la industria transformadora, sino la producción de materia prima.

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