En medio del optimismo desatado por el comienzo del nuevo año, el premio Nobel de Economía Paul Krugman se mostró poco confiado en el editorial que cada semana publica en el diario The New York Times. Y es que en 1937, los planes de estímulo se retiraron muy pronto ante indicios buenos.
De hecho, el economista advirtió que, si en el presente ejercicio, las autoridades de Estados Unidos y la Reserva Federal comienzan a retirar las ayudas y programas de estímulo el país corre el riesgo de caer sobre la misma piedra sobre la que resbaló en 1937, cuando Franklin D. Roosevelt y el banco central norteamericano dieron la Gran Depresión por terminada.
Según explica Krugman, los primeros pasos de 2010 serán bastante sólidos si se tiene en cuenta que el próximo informe del Departamento de Empleo estadounidense podría presentar la primera creación de puesto de trabajo de los últimos dos años.
Además, el PIB norteamericano podría registrar un crecimiento "sólido" durante el último trimestre de 2009, algo que desatará la euforia, especialmente en los mercados del país.
Sin embargo, no todo el monte es orégano. Para el premio Nobel de Economía, las buenas noticias en el campo macroeconómico podrían fomentar el abandono paulativo de la arquitectura fiscal diseñada por la Administración Obama y la Fed para paliar los efectos de la crisis. Esta decisión será aplaudida por los inversores, pero podría repetir el estancamiento vivido por la economía norteamericana en 1937.
Por aquel entonces, explicó Krugman, Roosevelt y la Fed decidieron poner punto y final a los planes de estímulo, al considerar que la Gran Depresión había llegado a su fin. Inmediatamente se recortó el gasto federal y se reforzó la política monetaria, algo que provocó que la economía volviera inmediatamente a los cuidados intensivos.
Krugman cree que con Ben Bernanke en la Fed y Christina Romer en el Grupo de Consejeros Económicos de Obama, ambos especializados en la Gran Depresión, este error no debería volver a repetirse.