Estrasburgo (Francia), 13 mar (EFECOM).- La Comisión Europea propuso hoy aproximar los tipos impositivos que los Estados miembros aplican al gasóleo profesional para evitar distorsiones a la competencia y reducir la contaminación, al desincentivar a los transportistas a recorrer largas distancias sólo para repostar más barato.
La Comisión calcula que, debido a que algunos países aplican una carga tributaria hasta 250 euros mayor por cada 1.000 litros de gasóleo, las diferencias en el coste del combustible para un viaje de 1.000 kilómetros pueden llegar al 20 por ciento.
Aunque no hay ningún estudio sobre la repercusión exacta de estas diferencias en los presupuestos nacionales, la Comisión incide en que tiene un efecto relevante en algunos Estados miembros, como Alemania, que, según ciertos cálculos, pierde hasta 3.600 millones de euros anuales por los conductores que se desplazan hasta países vecinos para repostar.
A ello se suma el impacto negativo sobre el medio ambiente, por las emisiones de esos vehículos al recorrer mayores distancias con el único fin de llenar su depósito.
Según la iniciativa adoptada hoy por el ejecutivo comunitario, el tipo mínimo del impuesto especial sobre el gasóleo profesional subiría de 302 euros por cada 1.000 litros de combustible a 359 euros en 2012 y 380 euros en 2014.
Si los países aplican una fiscalidad diferente al combustible de uso profesional y particular, Bruselas establece que el gravamen para el diesel no profesional y la gasolina sin plomo no podrá ser inferior al del gasóleo profesional.
España es, junto a Bélgica, Francia e Italia, uno de los cuatro países de la UE que distinguen fiscalmente el gasóleo profesional -el utilizado por camiones de más de 7,5 toneladas y vehículos de transporte de pasajeros con más de nueve plazas-.
En concreto, la carga tributaria del combustible para profesionales en España es de 294 euros por cada 1.000 litros (frente a 302 euros para los particulares), por debajo de los 305 euros de Bélgica, 392 de Francia y 403 de Italia.
España, igual que otros ocho Estados miembros (Bulgaria, Chipre, Grecia, Lituania, Rumanía, Estonia, Luxemburgo y Letonia) se encuentra en un periodo transitorio para elevar los gravámenes y por eso no alcanza todavía el mínimo de 302 euros vigente desde enero de 2004.
De los 18 países restantes, los impuestos sobre el gasóleo profesional oscilan entre 303 euros por 1.000 litros en Eslovenia y Polonia hasta 470 euros en Alemania. Reino Unido, cuyo modelo fiscal es diferente al resto de Estados miembros, grava el gasóleo con 693 euros por 1.000 litros.
En rueda de prensa, el comisario europeo de Fiscalidad, Laszlo Kovacs, hizo hincapié en que su objetivo no es armonizar la fiscalidad sobre los combustibles en la UE, sino reducir las diferencias que distorsionan el funcionamiento del mercado interior y provocan un aumento de las emisiones de CO2, al incentivar a los transportistas a recorrer más kilómetros para encontrar gasóleo más barato.
En 2005, Bruselas tuvo que retirar una propuesta dirigida a unificar los impuestos especiales sobre la energía debido al desacuerdo de los Estados miembros.
Kovacs incidió en que la armonización total no es realista, dada la diversidad de situaciones dentro de la UE.
Al ser preguntado por las posibilidades de que esta nueva iniciativa salga adelante, dado que las decisiones sobre fiscalidad en la UE deben ser adoptadas por unanimidad, Kovacs se mostró esperanzado y destacó la posición favorable de una mayoría de países.
Respecto a la repercusión de esta subida de los tipos mínimos sobre el precio final del combustible para particulares, la Comisión admite que podría conducir a una subida en aquellos países donde el gasóleo no profesional y la gasolina sin plomo están gravados actualmente al tipo mínimo (o por debajo, en los Estados que se benefician de periodos transitorios).
Pero incide en que, según el estudio de impacto elaborado para evaluar el coste de esta propuesta, el incremento de la fiscalidad no debe conducir necesariamente a un aumento de los precios. EFECOM
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