Bruselas, 13 mar (EFECOM).- El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría, alabó hoy la buena situación de la economía belga, aunque insistió en que el país deberá seguir por la vía de las reformas para afrontar los retos de la globalización.
"La recuperación económica de Bélgica es vigorosa, con un crecimiento de un 3% del PIB en 2006, mejor que la media europea", dijo Gurría en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro belga, Guy Verhofstadt, para presentar un informe sobre Bélgica.
Gurría también destacó la "impresionante" reducción de la deuda pública belga, que pasó del 110% del PIB en 2000 al 90% del PIB en 2006.
A pesar de la mejora, la deuda pública sigue por encima del límite del 60% del PIB marcado por el Pacto de Estabilidad de la Unión Europea.
Por ello, el secretario general de la OCDE insistió en la importancia de que Bélgica siga consolidando sus finanzas públicas y de que todos los niveles políticos (federal, regional y municipal) contribuyan a ello y hagan un esfuerzo especial.
Verhofstadt indicó al respecto que su Gobierno quiere seguir bajando la deuda, a lo que ayudará el superávit público del 0,3% del PIB previsto para 2007.
Este superávit se incrementará anualmente, según las previsiones del Gobierno, con 0,2 puntos porcentuales del PIB, hasta alcanzar en 2013 un excedente del 1,5% del PIB.
Gurría calificó de positiva esta estrategia, pero insistió en que la ambición presupuestaria debe mantenerse para hacer frente al envejecimiento de la población y al consecuente aumento del gasto público (sobre todo en sanidad y pensiones).
"La esperanza de vida debe estar relacionada con la edad de jubilación", señaló Gurría, quien admitió que las medidas en el llamado "pacto de las generaciones", con el que el Gobierno belga quiere impulsar el empleo, son buenas, aunque no suficientes.
En este sentido criticó que Bélgica sea el único país europeo donde los subsidios de desempleo no son limitados en el tiempo, y pidió al Gobierno más esfuerzos para hacer el trabajo económicamente más atractivo, así como que limite las posibilidades para acogerse a la jubilación anticipada.
Verhofstadt prometió aumentar el grado de actividad, que actualmente es de un 35%, con medidas suplementarias como la introducción de una "factura de carrera", que no sólo cuenta los años, sino también el número de horas que cada ciudadano ha trabajado en su vida.
Gurría también destacó el rápido desarrollo de la enseñanza superior, pero insistió en que para conservar su calidad será preciso aumentar los precios de inscripción y asegurar un mejor ajuste entre las capacidades de los estudiantes y los requisitos de las carreras. EFECOM
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