La moral de los americanos está en horas bajas. En los últimos tres meses el sentimiendo de los ciudadanos estadounidenses, lejos de animarse con la mejora de algunos datos económicos y la salida de la recesión, se ha resentido bastante. EEUU extiende la vigencia del fondo de rescate financiero hasta octubre de 2010.
Según la última Encuesta Nacional realizada por Bloomberg, casi la mitad del millar de ciudadanos sondeados siente ahora una menor seguridad financiera que cuando Obama asumió el cargo de presidente, el pasado mes de enero.
La preocupación ha hecho mella en los consumidores, que se preparan para tirar menos de tarjeta de crédito y gastar menos en los regalos de esta navidad de lo que desembolsaron en 2008.
"Puede que la recesión se haya acabado, pero el Estado está perdiendo la batalla en la lucha por ganarse el corazón y las mentes de los americanos. Esto (la recuperación de la confianza) es fundamental, puesto que el gasto de los consumidores es uno de los principales factores que harán que la recuperación económica sea sostenible", explica Chris Rupkey, economista jefe de la división americana de Bank of Tokio-Mitsubishi.
La principal preocupación
La economía ha pasado a ser la preocupación número uno de los estadounidenses, y la elevada tasa de desempleo se considera el gran reto nacional.
Así, 8 de cada 10 americanos sondeados por Bloomberg ha señalado el desempleo como el principal riesgo económico de los próximos dos años, más que la abultada deuda pública, a la que ve como una amenaza 7 de cada 10. Le sigue el posible aumento de impuestos, que preocupa al 60% de los ciudadanos.
Golpe a Obama
Menos del 30% de los estadounidenses considera, además, que la economía vaya a mejorar en los próximos seis meses. El pesimismo es palpable: la geste no tiene esperanza en que las autoridades vayan a ser capaces de reducir el desempleo o el déficit público.
Es más, sólo el 32% de los encuestados cree que el país está bien gobernado, frente al 40% que lo pensaba en septiembre.
La mayor decepción parece venir de los propios ciudadanos demócratas. Y es que aunque en general los votantes del partido de Obama son más optimistas que los republicanos, sólo el 58% está contento con la gestión del Gobierno, mientras que en septiembre opinaba así más del 70%.