
Zapatero pone al frente del diálogo social como secretario general a un árbitro del SIMA. Trabajo baraja crear un nuevo fondo para compensar los sueldos en la reducción de jornada.
El diálogo social todavía no se ha reanudado. Pero las primeras reuniones ya se están produciendo. Aunque en estos encuentros se echa en falta a una de las partes: los empresarios. La principal propuesta del Gobierno en materia laboral es el modelo alemán de reducción de jornada y éste es el eje de los contactos entre el Gobierno y los sindicatos. De nuevo, la voz de los empresarios vuelve a quedarse en segundo plano para el Ejecutivo. Aunque serán ellos los que decidirán en un futuro si a su empresa le conviene o no aplicar esta nueva medida. No obstante, según el Ministerio de Trabajo, cuando se reanude el diálogo social se tendrá que consensuar la iniciativa entre todas las partes.
Y para garantizar que, esta vez, sí que se dé ese consenso, el Gobierno se ha adelantado a todo pronóstico y se ha sacado de la manga un nuevo cargo: director del Gabinete para el Diálogo Social. El nuevo director será Alfonso Morón, tendrá rango de secretario general y dependerá del Ministerio de Trabajo e Inmigración. Morón fue mediador y árbitro del Sistema Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA) y fue nombrado en el Consejo de Ministros del pasado viernes. El director del nuevo Gabinete, afín al ex ministro Jesús Caldera, tomará las riendas de las negociaciones, tras los fracasos de la secretaria general de Empleo, Maravillas Rojo, el director de la Oficina Económica de Moncloa, Javier Vallés, o el propio ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que, de hecho, permaneció callado en las últimas reuniones de diálogo social, según confirmaron las partes implicadas en la negociación. Y es que, por otra parte, las declaraciones de Corbacho en contra de los empresarios también tensaron su papel de mediador en el diálogo social.
El futuro responsable de conduir el diálogo social tiene fama de buen negociador, y formó parte del equipo de Valeriano Gómez, ex secretario general de Empleo, estando de titular de Trabajo Caldera, en el acuerdo tripartito firmado en 2006 para "la mejora del crecimiento y del empleo". Personas próximas a él le describen como un gran conocedor de las relaciones laborales y de la legislación laboral española. Su trabajo como mediador del SIMA y, más aún, como inspector laboral le han ayudado a conocer la realidad del mercado laboral "a pie de calle". Antes de coincidir con Caldera, estuvo como asesor en el Ministerio de Trabajo a finales de la década de los 80.
La nueva fórmula alemana
En la próxima fase de negociaciones, el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, como ya anunció, planteará su iniciativa del modelo alemán. Pero, en realidad, llevará una propuesta elaborada junto a los sindicatos, ya que las relaciones entre el Ministerio y los representantes de los trabajadores se han incremetado en las últimas semanas para construir un modelo similar al germano adecuado al mercado laboral español.
De hecho, la medida, que en un principio estaba encaminada hacia la reforma de los Expedientes de Regulación de Empleo, cada vez se asemeja menos a la propuesta inicial de Corbacho. La razón se encuentra en que UGT se plantó y rechazó que se aplicara a través de los ERE. Ya que, por una parte, se "trastoca la regulación de los expedientes" y en segundo lugar la mayor parte del tejido productivo constituido por pymes "no se podría beneficiar de la medida", según explicó a elEconomista el secretario general de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer.
Así que, actualmente, el Gobierno y los sindicatos están estudiando aplicar la reducción de jornada a través de la negociación colectivo para beneficiar así a las pymes y a través de los ERE para las grandes empresas. Por lo que las ayudas estatales para compensar sueldos y cotizaciones se tienen que redefinir.
Según fuentes cercanas a la negociación, "la clave de la aplicación del modelo es la partida destinada a bonificaciones de las cotizaciones (2.800 millones de euros)". De hecho, se está planteando compensar las ayudas empresariales con este dinero y crear un nuevo fondo ligado a los Servicios Públicos de Empleo para compensar los sueldos de los empleados a la empresa, que seguirá pagando la totalidad del sueldo, añaden las fuentes anteriormente citadas.