
El pleno empleo era el objetivo de la Unión Europea antes de que entrara en escena la crisis económica. En el año 2000, el Consejo Europeo dio luz verde a la Estrategia de Lisboa, que marcaba los pasos que debían seguir los países miembros hasta 2010 para registrar una tasa cumbre de empleo y convertir a la Unión en la primera potencia mundial del conocimiento. El aumento de la productividad y, por tanto, la competitividad, era la base para asegurar el Estado de Bienestar y la sostenibilidad del sistema.
Pero nadie contaba con la actual crisis económica, que ha desdibujado la consecución de este fin. Y es que las previsiones económicas para 2010 distan bastante del objetivo marcado por la Agenda de Lisboa. Con un panorama muy distinto al del año 2000, la Unión Europea tiene el reto de revisar dicha estrategia. Y aquí es donde puede desempeñar un importante papel la economía social.
El desarrollo de la nueva Estrategia de Lisboa y la contribución de este tipo de economía, que antepone el capital humano a los recursos materiales, a la creación de una sociedad competitiva son algunos de los temas que se debatirán en el Observatorio de Economía Social, que se celebrará mañana, 20 de octubre, en Madrid bajo el título La contribución de la Economía Social a la consecución de los objetivos de la Estrategia de Lisboa.
Asistentes al acto
El foro, organizado por elEconomista, contará con la presencia del presidente de la Confederación Empresarial Española de Economía Social (Cepes), Juan Antonio Pedreño, el vocal de Relaciones Internacionales de Cepes y miembro del Comité Económico y Social Europeo, Miguel Ángel Cabra de Luna, el secretario confederal de Economía Social y Autoempleo, Jordi Ribó, el asesor de la Oficina Económica del Gobierno, Antonio González, el subdirector general de Fomento Industrial e Innovación, perteneciente al Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Ernesto Ríos López, y el asesor jurídico de la Confederación de Cooperativas Agrarias de España y vicepresidente primero de Cepes, José Cardona Conthe.
En el acto, que será moderado por el directo adjunto de elEconomista, Juan Carlos Lozano, se reflexionará sobre la contribución de empresas como cooperativas o mutuas a la competitividad de la UE. Además, se analizará cómo puede influir la Presidencia española en estos retos.
Los 27 países miembros de la Unión Europea ya han iniciado el rediseño de los objetivos de la Agenda de Lisboa. La hoja de ruta que se consensúe marcará los progresos que deben darse para alcanzar una economía más dinámica y competitiva.
La Unión Europea, a través de esta estrategia, quiere generar empleo de calidad. En varias cumbres de la UE, ya desarrolladas, como la de Santa María de Feira, Estocolmo, Barcelona, Copenhague y Salónica se plantearon que los objetivos en materia de empleo se conseguirían con el desarrollo económico y la cohesión social.
La economía social
En las empresas de economía social prevalece la persona por encima del capital, el reparto de beneficios con criterio colectivo, la organización con espíritu democrático y la solidaridad con el entorno. Todas estas condiciones benefician a provocar mayor cohesión social. Entre este tipo de empresas se encuentran las cooperativas , las sociedades laborales, las empresas de inserción, los centros especiales de empleo o las mutualidades.
Este tipo de empresas que se encuentran vinculadas con el empleo desde un punto de vista social representan en España el 10% del Producto Interior Bruto. Más de 50.000 empresas en nuestro país pertenecen a esta clasificación y facturan en su conjunto cerca de 102.000 millones de euros.
Sus características constituyen una forma de emprender que abarca los criterios de competencia y competitividad totalmente sociales. Por ello, se considera que aportarían un valor añadido a la Estrategia de Lisboa y, por tanto, a la consecución de los retos de empleo.