
La última aplicación de los teléfonos móviles va encaminada hacia el sector financiero. La posibilidad de realizar operaciones bancarias a través de los celulares se extiende rápidamente, sobre todo en los países en desarrollo, y al mismo tiempo que mejora la vida de sus usuarios, amenaza con sumar una problemática más al ya de por sí complicado mercado de la banca.
Desde que los teléfonos móviles se introdujeron plenamente en nuestra sociedad, su utilización ha ido ganando terreno progresivamente a muchos otros sectores económicos. Primero fue el simple mercado de la telefonía, pero el problema era menor, ya que las empresas del sector supieron controlar esta nueva tecnología. A continuación, los móviles diversificaron sus funciones, introduciéndose en nuevos mercados y desplazando a sus tradicionales protagonistas.
Así, el móvil fue haciendo competencia (y progresivamente superando) a los fabricantes de equipos fotográficos o de dispositivos de escucha de audio, entre otros ámbitos. Y en consecuencia, también logró entrar en sectores como el de la medicina (en zonas alejadas a los hospitales de países en desarrollo, ya se ha extendido la práctica de realizar y enviar fotografías de las lesiones a través del celular y recibir diagnóstico mediante la misma tecnología).
Llegados a este punto, empieza a extenderse el uso de los teléfonos para operaciones bancarias, un servicio que, como informa este domingo el diario El Mundo, ya explotan compañías como Vodafone, China Mobile o Nokia en países tan dispares como Kenia, Colombia y Uganda. Realizar pagos ya es tan sencillo como hacer una llamada o enviar un mensaje SMS, lo que facilitará numerosos trámites a los usuarios que no disponen de cuenta en ningún banco.
Y pese a lo que esto supone de beneficioso para el avance tecnológico de las sociedades en desarrollo, ya empiezan a saltar algunas alarmas. Las empresas tradicionales del sector bancario ven una peligrosa competencia en estos nuevos agentes de su mercado, que les pueden sacar ventaja con estrategias como la fidelización de sus usuarios y la multifuncionalidad de sus terminales.