"Me duele España", proclamó Miguel de Unamuno. Pues bien, a España le duele ahora el consumo. O mejor dicho, su ausencia por las secuelas de la crisis. Ésta es la impresión que transmite la inflación del mes de septiembre, que se ha situado en el -1% bajando la tasa subyacente hasta el 0,1%
Destaca que la caída haya corregido en parte la moderación en agosto, cuando el IPC bajó el 0,8% desde el 1,4% de julio, un descenso menos acusado que fue interpretado como el inicio de una nueva fase en la marcha de los precios.
Además, el dato de hoy, aunque ya lo hizo el adelantado el pasado 29 de septiembre, sorprende porque el precio del petróleo se acercó al que registró durante el pasado año. Es decir, que ha ido reduciendo la brecha con respecto a la cotización de 2008.
Durante los primeros meses de 2009, la abultada diferencia en el precio del crudo entre ambos años explicó que la inflación se situara en tasas negativas. Entre enero y julio, los precios mensuales medios de 2008 llegaron a duplicar los registrados en el mismo periodo del presente ejercicio, un efecto escalón que acentuó la contracción de la inflación .
Sin embargo, esta situación comenzó a variar en agosto. La distancia entre los precios medios se redujo al 58,3% durante el mes pasado, una moderación que explicó la menor caída de la IPCA en agosto. Y en septiembre esa tendencia había continuado, ya que la diferencia se redujo hasta el 48,5%. No obstante, esta vez no ha sido argumento suficiente para que la caída de la inflación haya amortiguado su retroceso.
A su vez, un debilitamiento adicional del consumo hace temer un retroceso de la inflación subyacente. O lo que es lo mismo, la medida para seguir con mayor precisión el núcleo duro de los precios porque desecha los componentes más volátiles: los combustibles y los alimentos frescos.
De momento, ya se ha situado en el 0,1% desde el 0,4% del mes anterior. ¿entrará también en negativo haciendo sonar todas las alarmas?