Economía

El castigo del Bundesbank: Thilo Sarrazin, degradado por sus declaraciones sobre los inmigrantes

El miembro del consejo del Bundesbank Thilo Sarrazin. Foto: Archivo

Thilo Sarrazin, el miembro del consejo ejecutivo del Bundesbank que sembró la polémica hace unas semanas con sus declaraciones sobre la población inmigrante de Berlin, ha sido 'castigado'. Y es que, ante la imposibilidad de despedirle, el banco central alemán le ha relagado del puesto que ocupaba como director de la importante división que controla el dinero en circulación. A partir de ahora, se ocupará del área de información tecnológica y control del riesgo, que está adscrita a la anterior, y será sucedido por Hans Georg Fabritius.

El Bundesbank mantuvo hoy una reunión en Fráncfurt para decidir sobre el futuro de Sarrazin, que acudió a la sesión sin la "más mínima intención de dimitir", decisión que le había pedido de forma indirecta el presidente de banco emisor, Axel Weber.

Y es que, según indicaba ayer el diario Financial Times Deutschland, el despido de Sarrazin es legalmente difícil: el el Bundesbank, Weber carece de la autoridad para cesar a sus ejecutivos. Los seis miembros que forman el consejo de dirección -presidente y vicepresidente incluidos- son elegidos por el gobierno federal. En el caso de que se produzca una seria negligencia, el consejo tiene que enviar una solicitud de destitución al jefe del Ejecutivo, que pasaría  entonces a relevarle de sus funciones.

Ahora, la Fiscalía de Berlín estudia denunciar a Sarrazin una presunta instigación al odio a algunos pueblos.

Polémicas declaraciones

El ex senador de Finanzas, miembro del partido Socialdemócrata (SPD), arremetió hace unas semanas contra turcos y árabes por su actitud ante la integración. "No puedo valorar a personas que viven del Estado, que no reconocen al Estado, y se dedican a producir niñas con las cabezas cubiertas con velo", declaró Sarrazin.

No es la primera vez que Sarrazin realizaba declaraciones de ese tipo, pues parte de la fama que se labró en los siete años de gestión pública en Berlín se debe precisamente a la facilidad con la que expresa en público opiniones despectivas sobre otros.

Sin embargo, en esta ocasión Sarrazin no habló desde la barrera política sino desde la tribuna del Bundesbank, de ahí el malestar del consejo y la estupefacción creada en círculos financieros.

Weber, que fue informado de las declaraciones de Sarrazin en Estambul abogó desde el primer instante por la dimisión. "En el Bundesbank estamos obligados a un código de conducta. Este código prohíbe pronunciamientos públicos que puedan perjudicar a la institución. Vamos a probar si ese pronunciamiento se ajusta al código y el señor Sarrazin debe hacer lo propio", dijo Weber en una entrevista con el Frankfurter Allgemeine Zeitung el pasado día 5.

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