
Miles de residentes en Gaza se han quedado pillados por realizar inversiones para la construcción de una red de túneles entre la Franja y Egipto para conseguir suministro de bienes. Ahora que los túneles han sido destruidos, reclaman que Hamas les devuelva el dinero y claman que el impacto de las pérdidas en la economía de la región es peor que el del fraude de Bernard Madoff en Estados Unidos.
Las oportunidades de inversión son escasas en la Franja de Gaza. Así que, cuando Nabila Ghabin se enteró de que se podía contribuir a la creación de túneles que permitieran a los palestinos evitar el embargo de Israel, no dudó en empeñar su coche y sus joyas para invertir 12.000 dólares en el proyecto. Es sólo un rostro de los 4.000 palestinos que, alentados por Hamas, aportaron capital para este proyecto faraónico, que se vio truncado cuando la red de túneles fue bombardeada entre diciembre de 2008 y enero de este año. En total, alrededor de 500 millones de dólares de inversores privados que han sido pulverizados.
Ahora, los afectados reclaman el dinero a Hamas. Mientras, el gobierno del partido en Gaza lo único que ha ofrecido es un reintegro parcial de 16,5 céntimos por cada dólar invertido, poco más de 80 millones de dólares, para lo que utilizará el dinero que ha recuperado del mayor operador de la red de túneles, Ihab al-Kurd.
Peor que Madoff
El embrollo de los 1.000 túneles ha hecho más pronunciada la caída de popularidad de Hamas en Gaza, y ha puesto aún más en evidencia la intrincada naturaleza de la economía sumergida que soporta este enclave de 1,4 millones de habitantes.
"Cuando comparas la economía de Estados Unidos con la nuestra y ves cómo de dependientes nos hemos vuelto de la red de túneles, te garantizo que nuestro particular escándalo es mucho peor que el fraude de Bernard Madoff", sentencia Omar Shaban, director de Pal-Think, instituto de investigación y análisis económico de Gaza que es el que ha estimado que las pérdidas de los inversores oscilan entre los 300 y 500 millones de dólares.
Por si fuera poco, esta extraña estafa, como algunos la califican, se agrava por las particularidades de la región. "No hay transparencia, ni estadísticas o datos públicos, ni reguladores. En suma, no hay ninguno de los mecanismos que permitan atisbar qué es lo que ha sucedido con todo el dinero que la gente invirtió en los túneles", afirma Samir Abdullah, antiguo Ministro de Planificación de la autoridad palestina.
Negocio "sagrado"
Hamas, que tiene el control de la Franja de Gaza y está considerada por la Unión Europea y Estados Unidos como una organización terrorista, no está ofreciendo ni mucho menos lo necesario para cubrir las pérdidas. Esto indigna a afectados como Nabila Ghabin, que asegura que Hamas envalentonó a la población para conseguir financiación para la red, que además ha sido mayoritariamente utilizada para entrar a la Franja armamento de contrabando.
"Nuestro imán nos dijo que no nos arrepentiríamos de contribuir a este negocio sagrado, y lo mismo sucedió en todas las mezquitas de Gaza", se lamenta Ghabin.