
En el primer trimestre cayó el 6,4%, por lo que Obama es "cautelosamente optimista"
Como viene siendo costumbre, la economía estadounidense volvió a mostrar ayer la cara y la cruz de una misma moneda. Los optimistas no dudaron en celebrar que el Producto Interior Bruto (PIB) sólo se contrajo un 1 por ciento en el segundo trimestre del año, lo que indica que el plan de estímulo anticrisis comienza a dar sus frutos. De hecho, el presidente norteamericano, Barack Obama, no tardó en mostrarse "cautelosamente optimista" y en atribuirse que su Administración "ha ayudado a poner el freno a la recesión".
Sin embargo, el dato revisado del PIB de los tres primeros meses, que finalmente cayó el 6,4 por ciento, dejó boquiabierto ayer a más de uno y minimizó el dato positivo del segundo cuarto del año. Al fin y al cabo, esta recesión, que acumula ya cuatro trimestres de contracción consecutiva, se ha convertido en la más larga desde 1947 y la más dañina desde la Gran Depresión. En este sentido, Obama reconoció lo peor de la crisis: "Los datos de PIB han revelado que la economía cayó mucho más de lo que la gente imaginaba", en referencia al primer trimestre.
Los datos presentados por el Departamento de Comercio no dejaron indiferente a nadie. Entre los meses de abril y junio, el PIB norteamericano, según un primer avance, se contrajo sólo un 1 por ciento, por debajo de las previsiones del mercado, que apuntaban a una contracción del 1,5 por ciento. Aun así, el dato revisado del primer trimestre registró una caída del 6,4 por ciento, frente al 5,5 por ciento previamente estimado, la mayor caída de las últimas tres décadas.
"Aunque las cifras son negativas, no estamos viendo los números horrendos que vimos a comienzo de año o a finales de 2008", dijo en un comunicado Brian Bethune, economista de IHS Global Insight. Desde Moody´s Economy.com, Mark Zandi, su economista jefe, reconoció que "estamos en un proceso de recuperación pero, de momento, no se va a sentir como tal".
El paro seguirá subiendo
En la misma línea, la Casa Blanca insistió en que "queda mucho por hacer" y, el propio Obama no quiso brindar falsas esperanzas e indicó que los datos de paro mensuales, que se conocerán la semana que viene, registrarán nueva destrucción de puestos de trabajo. Eso sí, explicó que "la historia indica que necesitamos tener un crecimiento positivo de la economía antes de poder crear empleo. Los datos de hoy demuestran que estamos en la dirección correcta".
El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, afirmó durante una entrevista la semana pasada que la Fed "espera ver un crecimiento positivo de la economía estadounidense en la segunda mitad de este año", algo bastante posible tras las últimos cifras del Departamento de Comercio.
Coincidiendo con estos datos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) explicó ayer que la "fuerte caída del producto económico" de EEUU "parece estar llegando a su fin", y no dudó en tirar flores a las medidas adoptadas por la Casa Blanca para afrontar la crisis. Eso sí, dejó claro que la recuperación económica será "gradual" y las autoridades deben estar preparadas para lanzar nuevas medidas de ayuda monetaria y fiscal. En el artículo IV, el FMI proyectó una caída del PIB real de Estados Unidos del 2,6 por ciento este año, pero un retorno al crecimiento, aunque de apenas 0,8 por ciento en 2010.