Secretario general de CEOE desde octubre de 2008, José María Lacasa ha dedicado su vida profesional a la patronal española, a la que se incorporó desde su fundación en 1977 como director de Relaciones Internacionales, cargo que ha desempeñado hasta que Gerardo Díaz Ferrán le propuso para sustituir a Juan Jiménez Aguilar como número dos de la organización empresarial. Licenciado en Ciencias Económicas y en Derecho, José María Lacasa ha sido un hombre clave en las negociaciones del diálogo social.
Gobierno y sindicatos han rechazado la oferta de CEOE para reanudar el diálogo social en septiembre. ¿Significa eso que el acuerdo es irrecuperable?
Nosotros lo primero que hemos hecho es remitir una carta al presidente del Gobierno y a los dos secretarios generales de los sindicatos expresándoles nuestro deseo de reanudar la negociación en septiembre. Respecto a las declaraciones ayer de los sindicatos, me quedo con la primera parte en la que dicen, textualmente, que el diálogo tripartito es recuperable.
Llama la atención que Gobierno y sindicatos utilizaran casi las mismas expresiones para rechazar la oferta de CEOE. ¿Están jugando en el mismo bando?
Espero que no. Eso sería muy triste y estaría en contra del espíritu de una negociación tripartita. El diálogo social en España cuando ha sido más rico es cuando ha sido fruto de una negociación entre los empresarios y los sindicatos y hemos sido capaces de presentar a los partidos políticos una serie de iniciativas consensuadas. Esa ha sido la gran riqueza de la negociación social en España durante la transición y quizás, en este proceso de negociación, lo que nos ha faltado es un poco más de debate bilateral con los sindicatos.
Los sindicatos calificaron de amenaza sobre el empleo el anuncio de Díaz Ferrán de que sin diálogo social aumentaría el paro.
Eso no es así. Lo que decimos es que para que una economía cree empleo necesita empresas competitivas. Y la economía española tiene que hacer reformas estructurales para mejorar los factores de competitividad. Tenemos que entrar en temas de investigación, desarrollo e innovación; de apoyo a la internacionalización; buscar un marco fiscal que sea competitivo a nivel internacional; abordar temas ligados a la formación y a la educación; debatir el mix energético que necesitamos; suprimir las barreras administrativas, que en España son excesivas; y, junto a ello, la reforma laboral pendiente, que es una más de las reformas estructurales a las que no se puede renunciar.
¿Esa reforma laboral implica la liberalización del despido?
Nunca hemos pedido el despido libre en España. Lo que estamos pidiendo es revisar las modalidades de contratación, que son excesivas, e ir a fórmulas que respondan, en estos momentos, a los problemas específicos de los jóvenes, de los trabajadores temporales y de muchos parados que necesitan una mejora de sus cualificaciones.
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