La Comisión Europea ha autorizado este martes que el Gobierno español inyecte 1.247 millones de euros en el sector de producción del carbón: con estos recursos se podría haber invertido en parques eólicos o se hubiera cubierto la mitad del coste de una central de energía nuclear, opciones más cercanas que el carbón al nuevo patrón económico que anuncia querer implantar el Ejecutivo presidido por José Luis Rodríguez Zapatero.
Las ayudas corresponden al periodo 2008-2010 y, salvo que haya cambios en la legislación comunitaria, serán los últimos subsidios que recibirá el sector español del carbón. De hecho, las ayudas públicas a este sector deberían haber concluido hace un lustro.
Pero la Comisión Europea, presionada por España, Alemania y Polonia presentó una propuesta para prorrogarlas hasta 2010, propuesta que fue aceptada por el resto de los países de la UE.
La huella de Loyola de Palacio
La pluma que redactó la propuesta fue la de la difunta Loyola de Palacio, ex vicepresidenta de la Comisión Europea, ex comisaria de Transportes y Energía, y ex ministra de Agricultura y Pesca con José María Aznar. De Palacio justificó la continuidad de las ayudas para amortiguar el impacto social que supondría en zonas como Asturias y León el cierre de las minas.
También argumentó De Palacio que era necesario mantener un mínimo de producción de fuentes de energía locales, para garantizar el suministro energético y reducir la dependencia de la UE frente a productores exteriores tan inestables y poco fiables como Rusia o los países del Golfo Pérsico.
Una de las condiciones para que las ayudas fuera prorrogadas hasta 2010 fue que las cantidades entregadas fueran decrecientes. De hecho, el montante concedido para el periodo 2008-2010 es un 4% inferior al periodo precedente. Y dentro del periodo, las ayudas deben menguar cada año.
Bruselas ya ha expresado oficialmente que no cree necesario volver a prorrogar la legislación que permite este tipo de ayudas púlicas. Pero en los pasillos comunitarios se especula con que probablemente se mantengan. La muy influyente Alemania no tiene previsto cerrar sus minas hasta el año 2018, y quiere seguir dando algún tipo de subsidio hasta esa fecha para que el cierre sea gradual y no traumático.
