Economía

Bruselas propone multar a los bancos que dan primas por tomar riesgos excesivos

La Comisión Europea presentó este lunes una nueva andanada de propuestas para modificar -por segunda vez desde que estalló la actual crisis financiera- la Directiva sobre requisitos de capital: norma que traslada al Derecho comunitario el acuerdo internacional Basilea II. Objetivo: obligar a la banca a disponer de fondos propios adecuados para, según los riesgos asumidos, blindar su solvencia.

Las primas de los banqueros están en el punto de mira de esta propuesta. Bruselas plantea que los supervisores nacionales de cada país de la Unión Europea (el Banco de España, por ejemplo) tengan poder para multar a los bancos que ofrecen a sus empleados primas por asumir riesgos excesivos a corto plazo. Fijar las cuantías de las sanciones sería una competencia nacional.

El Ejecutivo comunitario también propone que los supervisores puedan exigir a las entidades que reduzcan los riesgos generados por sus sistemas de remuneración variable. Y, como medida de último recurso, que les puedan elevar los requisitos de capital para prevenir los riesgos creados por las primas proscritas.

Es la primera vez que Bruselas presenta propuestas legislativas para encorsetar las retribuciones de los banqueros. Esta primavera se limitó a reeditar la recomendación que emitió hace un lustro y que sólo Holanda puso en marcha. Cuando Bruselas sólo emite recomendaciones, o no tiene voluntad para legislar o carece de apoyos entre los Gobiernos de los 27 países de la UE.

Retitulizaciones

El segundo objetivo en el punto de mira de la propuesta de este lunes es cortar las alas a las retitulizaciones, multiplicando por tres o más las exigencias de fondos propios a los bancos que las utilizan. Las retitulizaciones son productos aún más complejos, opacos y arriesgados que las titulizaciones, sobre las que la UE ha reforzado recientemente los controles.

La titulización es la operación por la que una entidad transforma un activo no negociable, por lo general un préstamo, en un título que sí es negociable en el mercado secundario y que, por tanto, puede ser adquirido directamente por los inversores.

Antes de la crisis financiera actual, experimentó un gran desarrollo la titulización hipotecaria: las entidades que concedían créditos hipotecarios emitían participaciones adquiridas por otras entidades que emitían con cargo a éstas títulos de renta fija. Al entrar las hipotecas basura en la cadena, el sistema se llenó de podredumbre y terminó por explotar la actual crisis crediticia internacional.

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