
Según el último estudio sobre Coste de la Vida elaborado por la consultora Mercer, Madrid y Barcelona se mantienen entre las 50 ciudades más caras del mundo para vivir para las personas que trabajan fuera de sus países de origen. Sin embargo, debido a la crisis, han pasado del puesto 28 al 37, en el caso de la primera, y del 31 al 38, la segunda.
Al frente de la lista se sitúa ahora Tokio, que ha desplazado a Moscú, que cae al tercer puesto, mientras que el segundo lugar lo ocupa Osaka, que escala nueve posiciones respecto al año pasado. Por su parte, Johannesburgo ha sustituido a Asunción como la ciudad más barata para los trabajadores expatriados.
El informe elaborado por la firma cubre 143 ciudades de todo el mundo y tiene en cuenta precios de alojamientos, transportes, comida, ropa, productos de consumo y entretenimiento.
"La crisis económica del último año ha tenido un impacto directo en la fluctuación de la mayor parte de las monedas e inflación, lo cual ha influido bastante en la clasificación de este año", señala Rossana Encina, consultora de movilidad internacional de Mercer.
Importancia de las divisas
La experta apuntó que muchas monedas se han debilitado considerablemente frente al dólar, lo que ha provocado la caída de Madrid y Barcelona en el ranking general.
Así, la mayoría de las ciudades europeas han bajado puestos y entre ellas destaca el caso de Varsovia, que se ha precipitado nada menos que 78 puestos (del 35 al 113).