
Madrid, 7 jul (EFE).- La inversión de las compañías de capital riesgo en España se situó en los seis primeros meses del año en 678 millones de euros, el 49 por ciento menos que los 1.317 millones del mismo periodo del año anterior, aunque a finales del ejercicio podría alcanzar los 2.500 millones de euros.
Según la Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo (ASCRI), el impacto negativo de la crisis económica mundial en este sector se ha reflejado tanto en el importe invertido como en el número de operaciones, que se redujo el 21 por ciento (hasta 356).
No obstante, el presidente de ASCRI, Jaime Hernández Soto, recordó en la presentación de estos datos que aunque el sector "pasa por un momento complicado a nivel mundial y no sólo en España, tiene capacidad para reinventarse", y calculó como posible que a finales de este año la inversión global oscile entre 2.000 y 2.500 millones de euros, un objetivo "ambicioso pero no inalcanzable".
En 2008 la cifra final rozó los 3.000 millones de euros, el 32 por ciento menos que un año antes.
Hernández Soto señaló además que los bancos españoles, "que han sido los más dinámicos", han comenzado a ofrecer respuestas más positivas cuando hace unos meses "no querían ni recibir propuestas" y recordó que el segundo semestre del año es siempre mejor que el primero, con lo que no es imposible doblar entre julio y diciembre los números logrados entre enero y junio.
El presidente de ASCRI admitió que en estos seis meses el sector "ha tocado suelo" y se mostró convencido de que se producirá una "criba" de operadores, aunque insistió en que todos los años se producen procesos de reestructuración.
Los datos de ASCRI indican que en los seis primeros meses del año no se cerró ninguna operación superior a 100 millones de euros frente a las dos que se ejecutaron en 2008, una tendencia que también ha afectado a las operaciones de tamaño medio.
En total se cerraron catorce operaciones por un importe superior a diez millones de euros frente a las 25 del año anterior, que supusieron aproximadamente 400 millones de euros.
Para Hernández Soto una de las claves de la contracción del capital riesgo se encuentra en la escasez de la deuda y en las dificultades para lograr financiación bancaria, además de la tendencia conservadora que mantienen los operadores, centrada fundamentalmente en la gestión de las carteras de participadas.
Por sectores, medicina y salud han recibido el 24,6 por ciento del total, seguidos de productos de consumo, con el 23,4 por ciento, y energía y recursos naturales, con el 11,4 por ciento.
El negocio informático concentró el mayor número de operaciones (21,6 por ciento), seguido de productos y servicios industriales (9,8 por ciento), otros servicios (también el 9,8 por ciento) y biotecnología (9,3 por ciento).
Aunque Hernández Soto señaló que "no existen problemas de liquidez", sí reconoció las dificultades para la captación de fondos en un año que ha sido "de los peores de la década".
Por lo que respecta a las desinversiones, los datos de ASCRI indican que se han reducido el 29 por ciento respecto al año anterior, hasta 269 millones de euros, entre las que destacaron la ejecutada en Atecsa por N+1 y la de tres parques eólicos en Soria por parte de Eolia.
De esos 269 millones, el 44,7 por ciento de las desinversiones se llevaron a cabo mediante venta a terceros, el 15,4 por ciento mediante compra a accionistas y el 14 por ciento a través de la venta a otras entidades de capital riesgo o "secondary buy out".
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