HOUSTON (ESTADOS UNIDOS) (Reuters/EP)
El financiero Allen Stanford se presentará hoy ante un tribunal federal de Virginia, después de haberse entregado a los agentes del FBI, para responder a las acusaciones de un fraude de 8.000 millones de dólares (5.745 millones de euros) relacionadas con su banco de Antigua, dijeron funcionarios estadounidenses.
La Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC) acusa a Stanford de vender fraudulentamente 8.000 millones de dólares en certificados de depósitos con tasas de interés inusualmente altas a través del Stanford International Bank (SIB), con oficinas centrales en Antigua.
El financiero, de 59 años, pasó la noche en una cárcel de Virginia tras entregarse ayer a las autoridades y tiene previsto presentarse el viernes por la mañana (hora de EEUU) ante un juez federal en Richmond (Virginia), dijo un funcionario.
Funcionarios del Departamento de Justicia, incluyendo el fiscal general de Houston, planean ofrecer una conferencia de prensa hoy en Washington para anunciar los cargos criminales contra el financiero.
Stanford, quien tiene doble nacionalidad de Estados Unidos y Antigua y Barbuda, ha negado cualquier hecho delictivo y ha dicho que, de ser acusado luchará para demostrar su inocencia.
"Si la SEC no hubiera intervenido y destripado una entidad viva y fuerte, como lo hicieron, no hay dudas sobre la faz de la tierra de que todos habrían sido compensados y habría dinero de sobra", dijo Stanford en abril.
En su demanda civil, la SEC acusó en febrero a Stanford, a un antiguo compañero de universidad suyo y a tres de sus empresas de llevar a cabo un esquema Ponzi o fraude piramidal durante por lo menos diez años y de haberse apropiado indebidamente de al menos 1.600 millones de dólares de sus inversores en Estados Unidos, el Caribe y Latinoamérica.
"Esto comienza a traer un desenlace para las víctimas", dijo Jacob Frenkel, un ex funcionario de fiscalización de la SEC, refiriéndose a la acusación criminal.
Stanford comenzó a labrar su fortuna en el sector inmobiliario a principios de la década de 1980 y convirtió la firma de su familia en una compañía global de administración de riquezas.
Antes de que la SEC presentara cargos por fraude contra Stanford, su fortuna personal fue estimada en cerca de 2.200 millones de dólares por la revista Forbes. Tenía casas en Antigua, St. Croix, Florida y Texas.
Hasta la fecha, el único ejecutivo ligado a Stanford que ha enfrentado cargos criminales es Laura Pendergest-Holt, la presidenta de inversiones de Stanford Financial Group, quien fue arrestada en febrero por el FBI y más tarde fue puesta en libertad bajo fianza.
Pendergest-Holt y James Davis, compañero de cuarto de Stanford cuando asistían a la Baylor University y que sirvió como presidente financiero de la compañía, fueron nombrados en la acusación civil de la SEC.
No obstante, Davis no ha sido acusado de actividades criminales y está cooperando con las autoridades federales, aunque su abogado dice que espera que finalmente su cliente también sea acusado.