Pekín, 16 ene (EFECOM).- China desea invertir millones de dólares en Latinoamérica para asegurarse sus recursos naturales pero los líderes del continente se equivocan si creen que las similitudes ideológicas les garantizarán una larga colaboración, ya que el interés chino es oportunista, según la web del grupo hongkonés "China Economic Review".
Efectivamente, según fuentes oficiales chinas, casi la mitad de las inversiones del país en el exterior se destinan a las Américas.
"El interés chino está vinculado a recursos finitos por lo que si los ideologizados líderes impulsan su agenda política en función de proyectos a largo plazo con China, pueden encontrarse con que ese interés muere con el petróleo", escribió el mensual especializado del grupo editorial fundado en 1990 en la ex-colonia británica.
"La política latinoamericana está tan infectada por el virus de la ideología que los líderes no interpretan adecuadamente las señales", afirmó.
Según la publicación en Internet, "ningún gobierno de extrema izquierda o extrema derecha ha sido capaz, desde México a Argentina, de resolver el problema de la pobreza, y en casi un siglo las economías han sido incapaces de despegar".
Pekín desplegó esfuerzos diplomáticos y financieros (el presidente Hu Jintao pasó en los últimos seis años más tiempo en el continente que su homólogo George W.Bush) "para ganarse los corazones y las mentes de la actual dirigencia política latinoamericana", añadió.
El primer vicepresidente chino, Zeng Qinghong, y el primer ministro, Wen Jiabao, así como otros dirigentes chinos, también viajaron al continente americano y recibieron en Pekín a numerosos de sus líderes.
"Su primer interés en una región llena de recursos naturales es estrictamente económico y China diseñó incluso estrategias individualizadas para comprar los de cada nación".
La publicación cita el ejemplo de Chile, líder en la producción de cobre y primer país del mundo en firmar un Acuerdo de Libre Comercio con China en 2005, casi al mismo tiempo que Pekín se hacía con una gran parte del metal gracias a un acuerdo con CODELCO, la empresa estatal chilena del cobre.
Brasil recibió promesas de infraestructuras a cambio de mineral de hierro, y Argentina plantó en la mitad de su territorio la preciada soja para los chinos, a cambio de ferrocarriles.
También Pekín tiene intereses políticos en el continente: garantizarse apoyos frente a algunos países que aún reconocen a Taiwán como Paraguay, Panamá, Nicaragua, Guatemala y Costa Rica.
Pero, por ejemplo, si Paraguay continúa reconociendo a Taiwán, las relaciones económicas entre China y Mercosur (del que forma parte junto a Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela) nunca progresarán, señaló.
La mayoría de países latinoamericanos pueden esperar el Estatuto de Destino Turístico Autorizado (EDA) para turistas chinos cuyo gasto puede representar importantes ingresos para la región.
"América Latina en general, atrapada en un estado de 'realismo mágico', es incapaz de leer las señales aunque México vea con más claridad las pérdidas teóricas que las potenciales ganancias, entre otras cosas por el daño de los textiles chinos a la industria nacional", añadió.
Pero, según la publicación, ningún dirigente del continente podría desilusionarse tanto como el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que honestamente cree poder convertir a China en su aliado en su propio conflicto con EEUU.
"Pero China todavía opera de puntillas en la región consciente de que se trata del patio trasero estadounidense", destacó.
A pesar de ser "el nuevo amigo favorito", Pekín no va a sacrificar un bien trabajado equilibrio con Washington por apoyar a un pequeño país con algo de petróleo (Venezuela), cuya calidad, además, no le conviene mucho, concluyó. EFECOM
pc/rm/txr