MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
El principal riesgo al que se enfrentan los proveedores de Estados Unidos es la baja de producción de vehículos en el país, como consecuencia de la reducida demanda, por encima de la situación de suspensión de pagos por la que atraviesan dos de los principales fabricantes de automóviles estadounidenses General Motors y Chrysler, según señaló hoy la agencia de calificación crediticia Standard & Poor's (S&P).
La entidad explicó que, a pesar de los esfuerzos que está realizando el Gobierno estadounidense para llevar a cabo una suspensión de pagos "controlada" de General Motors y Chrysler, los riesgos a corto plazo para el sector de suministro de componentes del automóvil "se mantienen altos".
"Creemos que el gran riesgo para la base de suministro es el actual bajo volumen de producción, provocado por las ventas. Esperamos que las ventas de turismos en Estados Unidos se sitúen en 9,6 millones de unidades este año", añadieron desde la agencia de calificación.
S&P indicó que General Motors solicitó, el pasado 1 de junio, acogerse al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos, y señaló que Chrysler optó por la misma solución casi un mes antes. La agencia apuntó que Ford es el único de los tres principales fabricantes del país que no prevé declararse en suspensión de pagos, aunque señaló que las tres corporaciones han reducido "de forma dramática su producción" por la caída de la demanda.
"Creemos que la participación sustancial y sin precedentes del Gobierno de Estados Unidos en las reestructuraciones de Chrysler y General Motors podría ayudar a mitigar lo que podría haber sido un golpe más severo sobre la base de proveedores", explicó S&P.
LIQUIDACION.
La agencia de calificación crediticia señaló que, si el Gobierno estadounidense no se hubiera involucrado en la situación de General Motors y Chrysler, una de ellas o las dos empresas podrían haberse visto forzadas a su liquidación.
La organización apuntó que los niveles de producción en el país a causa de los procesos de reestructuración en el que se encuentran las dos empresas y por la caída de la demanda. Esta situación, según S&P, podría ocasionar la crisis en varios proveedores.
De esta forma, Standard & Poor's explicó que ha dividido a los fabricantes de componentes del país en cuatro grupos en función de su calidad crediticia y de su exposición a la crisis del sector. De esta forma, American Axle, ArvinMeritor y MetoKote cuentan con una calificación crediticia muy pobre ('CCC'), por su "riesgo significativo" ante la debilidad de las condiciones de la industria.
Por su parte, la agencia señaló que Harman, Johnson Controls, Magna, Shiloh, Stoneridge y TRW fueron puestos en vigilancia después de la presentación de la suspensión de pagos de Chrysler. Además, avanzó que BorgWarner, Dana, Federal-Mogul o Tenneco, que ya tienen perspectivas crediticias negativas, han entrado en peligro de paros de producción por riesgos sistémicos.
Finalmente, S&P aseguró que los minoristas Asbury, AutoNation, Group 1, Penske Automotive y Sonic Automotive están expuestos a variar sus grados de actividad respecto a los fabricantes de automóviles del país.