Economía

José Manuel Campa: Zapatero elige al 'Bernanke español'

  • A favor: profesor de prestigio y próximo al Banco de España
  • En contra: Campa carece de experiencia en la gestión política

El Palacio Municipal de Congresos de Madrid estaba repleto. Una jornada de conferencias iba a ser el broche con el que la escuela de negocios IESE iba a culminar la celebración de su 50 aniversario.

Y para rematar la faena el 24 de octubre de 2008 había traído a dos primeros espadas. Por un lado, el ex secretario del Tesoro de Estados Unidos en los años de Bill Clinton y hoy asesor de Barack Obama, Larry Summers. Por otro, Nouriel Roubini, profesor de la Universidad de Nueva York y uno de los economistas de moda por haber pronosticado en 2005 el advenimiento de la crisis financiera. "Están aquí por la mediación de José Manuel Campa. Él lo ha hecho posible", afirmaba una persona próxima a la organización.

Así es el hombre que ha designado el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para sustituir a David Vegara como secretario de Estado de Economía y convertirse, por tanto, en el brazo derecho de la nueva titular de este ministerio, Elena Salgado.

Natural de Oviedo, donde nació el 20 de julio de 1944, José Manuel Campa, que está casado y tiene tres hijos, puede presumir precisamente de eso. De amistades. De contactos. Son fruto de los años en los que, tras licenciarse en Economía y Derecho por la Universidad de Oviedo, cambió la llovizna asturiana por la Universidad de Harvard (en Cambridge, Massachusetts), donde primero realizó un máster y luego se doctoró con un tema sobre los tipos de cambio de las divisas, y por la Universidad de Nueva York, donde impartió clases y trabó amistad con economistas como Roubini.

A favor de la reforma laboral

Hasta ayer, su mundo se había reducido a eso, a un segundo plano, muy propio del mundo académico, salpimentado con su labor como consejero - ayer dejó de serlo en GAM - y asesor tanto de instituciones privadas, sobre todo financieras -entre las que ha figurado el Santander, entidad con la que mantiene magníficas relaciones -, como públicas. Entre estas últimas ha figurado el Banco de España. Y ahí puede radicar parte del secreto de su nombramiento. "Es una persona próxima al gobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Respeta sus opiniones", argumenta un economista que prefiere no ser citado.

Aceptando esta premisa, Campa puede ser el puente a través del que el Gobierno y el Banco de España vuelvan a acercar posiciones tras los enfrentamientos mantenidos en las últimas semanas. Eso sí, antes el propio profesor del IESE tendrá que aclarar su postura sobre uno de los temas que más ampollas ha levantado entre Moncloa y Fernández Ordóñez: la necesidad de reformar o no el mercado laboral. Hasta la fecha, Campa se ha mostrado partidario de hacerlo.

Otro de los motivos de su designación procede de su conocimiento del mundo financiero, en el que ha centrado sus estudios y donde ha labrado prestigio, en un momento en que la banca española afronta tiempos de cambio y consolidación. "Conoce el sistema financiero y sus problemas", valora José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney.

De la teoría a la práctica

Sin embargo, estas credenciales no evitaron ayer la sorpresa. "¿Cómo?", se preguntaba la voz al otro lado del teléfono. "¡Campa, nuevo secretario de Estado de Economía!", exclamaba a continuación para comunicárselo a las personas que estaban con él. Quien reaccionaba así era una persona que trabaja en el IESE, centro al que Campa se incorporó en el año 2000. Y es que su designación era inesperada.

Una sensación a la que se suma otra: no genera indiferencia. "Pertenece a la aristocracia académica. Es brillante y neutral, una persona ideal", valoraba el director de estudios de una entidad española. Tiene "capacidad de sobra para hacer frente a una situación muy difícil", agregaba Alfredo Pastor, colega en el claustro del IESE y quien también ocupó la secretaría de Estado de Economía de 1993 a 1995.

Pero no todo son halagos. Como pasó en su día con Ben Bernanke, que en la actualidad ocupa la presidencia de la Reserva Federal (Fed), no se pone en duda el currículum de Campa, pero sí su experiencia. Bernanke era respetado como teórico y economista. La Universidad de Princeton y sus ensayos y libros le avalaban, pero cuando George W. Bush le propuso en 2005 como sucesor de Alan Greenspan al frente del banco central de EEUU, las sospechas se cernieron sobre él. Una cosa es la teoría, y otra muy distinta la práctica, se decía.

Con Campa ocurre lo mismo. "No tiene experiencia de gestión y ha estado alejado de los puestos de responsabilidad. Y no domina la macroeconomía ni las finanzas públicas", matiza un economista que no quiere ser citado. "Su nombramiento es inesperado. Me pregunto cuántos habrán dicho no a Zapatero antes de elegir a Campa", agrega. Su falta de experiencia en la arena política es, a priori, su principal talón de Aquiles. Será ahí donde se pondrá en juego su criterio, no como político de carnet, sino como tecnócrata independiente. Resistencia y capacidad de sufrimiento no le faltan. Sus participaciones en el Maratón de Nueva York lo confirman.

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