Economía

Los empresarios vascos advierten que la paz no puede avanzar con extorsión

Nueve meses después de que ETA decretase la tregua no se ha registrado el esperado alumbramiento de la paz, ni tan siquiera de indicios más o menos sólidos que hagan presagiar que se avanza de forma decidida hacia el final de la violencia en el País Vasco.

Los empresarios vascos se niegan a abandonar las esperanzas de paz, pero al mismo tiempo su discurso, en ocasiones ciertamente ecléctico, muestra una gran preocupación y cautela sobre lo que pueda pasar en los próximos meses.

En este complicado contexto, el presidente de la patronal vasca Confebask, Miguel Lazpiur, hubo de reconocer, mediante frases más o menos confusas, que en estos momentos los empresarios vascos padecen la extorsión de ETA.

"Se ha complicado de tal manera el proceso de paz -recalcó Miguel Lazpiur- que no podemos ni negar, ni afirmar. Decimos que puede haber algún tipo de extorsión. Puede haber".

Por contra, en lo que sí se mostró muy claro, tajante, rotundo y sin medias tintas fue en señalar que "no podemos admitir un proceso de paz con la existencia de extorsión".

Para la patronal vasca los acontecimientos de los últimos meses no ayudan al optimismo, pero se resisten a dar por fracasado el proceso de paz.

Optimismo por necesidad

El pasado verano supuso un punto de inflexión en el denominado proceso de paz. Resurgió en las calles del País Vasco la violencia callejera, fenómeno que ha tomado más fuerza en las últimas semanas.

También se han sucedido las denuncias de extorsión a empresarios, a través de misivas con lenguaje retórico, que animaban a colaborar con la normalización de Euskal Herria, acompañadas del sello amenazante de ETA. El panorama se ensombrece aún más con el robo de pistolas en Francia o la localización de un zulo en Amorebieta.

El presidente de la patronal vascas reconoció que "las últimas noticias no ayudan al optimismo" y que nos encontramos en una situación "más complicada de lo que nosotros quisiéramos".

Sin embargo, insistió en que mantienen la esperanza de que "no haya marcha atrás" y de que el proceso hacia la paz "acabe bien". Los empresarios insisten en que la paz sería "la mejor inversión' para el mundo empresarial y para el conjunto de la sociedad vasca".

Necesidad de tranquilidad

Sin violencia ni extorsión, los empresarios podrían desempeñar mejor su labor. "Las empresas necesitamos tranquilidad, bastantes problemas tenemos ya sin que tengamos problemas añadidos", dijo.

Dicha tranquilidad indicó que redundaría en beneficios económicos directos. El más inmediato, el del sector turístico, que precisamente este año registra un crecimiento significativo, de alrededor de un diez por ciento, el doble que la media española.

También recordó que la paz mejoraría la imagen exterior del País Vasco, lo que a su vez podría atraer inversiones exteriores.

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