A estas alturas, es una obviedad necesaria decir que vamos hacia un mundo caracterizado por el aumento de la complejidad y de las interrelaciones entre agentes muy diversos (actores, transformaciones, fuerzas, situaciones, incluso las máquinas crecientemente inteligentes). En este nuevo contexto, nos debemos hacer algunas preguntas sobre qué tipo de directivos/as vamos a necesitar.
Ya hay montañas de descripciones, análisis, síntesis, sobre el mundo en el que estamos y al que vamos, y sobre las nuevas funciones de los directivos, y puede parecer caprichoso lanzar un nuevo término.
Pero proponemos dar nombre a un tipo de líder híbrido, que manifiesta una serie de dualidades que creemos que serán críticas en mundo cambia constantemente: es un líder rebelde pero resolutivo, humilde pero energético, un líder que multiplica las capacidades del talento de su equipo pero estando muy abierto a las tecnologías, etc.
Una de sus habilidades especialmente relevantes es la "adaptación" ágil al entorno que le envuelve. Y su misión es la de un liderazgo que busca ante todo estimular de la interacción de muchas capacidades y voluntades, dentro y fuera de la organización.
A estos líderes rebelde-resolutivos, cuya responsabilidad es estimular a la organización a atreverse más, les llamamos EDGERS: se trata de profesionales que no se conforman con aceptar el presente tal y como es, sino que llevan a sus organizaciones hacia el futuro, o sea hacia la frontera de su negocio, hacia su "Edge".
En el proyecto Edgers hemos entrevistado a decenas de empresarios y directivos en España y Latinoamérica, y ello nos ha permitido detectar siete habilidades que consideramos esenciales para los Edgers.
Son REBELDES: su "rebeldía" les permite atreverse a dibujar horizontes de futuro, en el medio-largo plazo, en los que explorar oportunidades antes de que estas se conviertan en parte del mainstream del negocio. Deben hacer de esa "maquinaria" de visión atrevida permanente, una forma de ser de la organización.
Son AUDACES: convierten en realidad su visión atrevida, actuando de forma decidida. Ponen su energía en atraer el interés del mercado y conseguir los recursos necesarios para realizar la visión. Deberán movilizar y coordinar los diferentes agentes, "orquestando" su participación movilizando las capacidades diferenciales que cada uno puede aportar.
Son TECNOABIERTOS: ven la tecnología no como una herramienta sino como un motor de transformación del negocio. Aplican la tecnología más novedosa (en especial la inteligencia artificial) a nuevos modelos de negocio, para generar una distancia sostenible, al menos a medio plazo, con respecto a sus competidores.
Son MULTIPLICADORES: sacan el máximo provecho de los recursos con los que cuenta la organización, internos y externos, tanto sea en forma de individuos, equipos, tecnología, modelos, etc. Saben gestionar hábilmente la psicología de personas y equipos (cada vez más autónomos), y en especial, de los lideres de los diferentes grupos de generación de valor.
Son CONECTORES: localizan en su entorno aquellos agentes (partners, startups, empresas con las que haya sinergias posibles, etc.), con los que combinar sus conocimientos y experiencia, formando ecosistemas, para desarrollar nuevos portafolios de soluciones para sus clientes, o incluso para mercados que no habían imaginado hasta entonces.
Son RESOLUTIVOS: Garantizan la explotación del negocio hoy conocido, desde la eficiencia en el corto plazo, pero también incorporan la exploración sistemática de oportunidades en un mundo cambiante y complejo, para asegurar la resiliencia de la organización en el medio-largo plazo. Y todo ello desde el cumplimento de la dualidad resultados-propósito: una organización pertenece a un ecosistema social (la comunidad en la que vive), y debe ser un miembro activo de ella, procurando que su actividad derive en un impacto positivo que se traduzca en progreso.
Son CURIOSOS: su curiosidad intencional les lleva a mirar de forma sistemática su entorno, para ver diferente, descubriendo así oportunidades antes que los competidores, e incluso antes que el propio mercado. La detección de problemas, necesidades y oportunidades, con las tecnologías y metodologías más avanzadas del momento, les permite establecer hipótesis de nuevas y mejores respuestas, cuya validez deben probar a través de experimentos con clientes reales.
Su impacto en las organizaciones es doble. Por un lado, su actitud de atrevimiento sistemático les lleva a saber "leer" su entorno para adaptarse y responder rápida y ágilmente a las nuevas situaciones. Su capacidad para saber combinar las estrategias a corto, medio y largo plazo, desde un enfoque adaptativo, le permite cambiar el rumbo de su organización de forma flexible, manejando una organización fluida. Así, garantiza la supervivencia y el crecimiento de la empresa.
Por otro lado, tiene un impacto en las personas, en cuanto genera un espacio donde ponerse en cuestión cómo hacemos las cosas es la norma, con lo que el talento tiene aire para prosperar. Y tiene finalmente un impacto social por cuanto su foco está en detectar problemas de su entorno para darles nuevas soluciones, más que en mantener la "máquina funcionando" como si nada hubiera cambiado a su alrededor.
Los EDGERS llevan a las organizaciones a la versión más atrevida de ellas mismas, y con ello permiten al talento de sus equipos crecen, resolviendo los problemas de las personas.